A mi cuñada me la follo por el culo nomas
Siempre
había fantaseado con tirarme a mi cuñada. Es la típica mujer pija, muy
guapa, casada con un abogado y con dinero. Mi mujer, su hermana, no está
mal, pero parece mentira que entre las dos haya tantas diferencias
físicas. Mi cuñada es alta, rubia, cuerpo de modelo, labios sensuales y
bastante calienta pollas, todo hay que decirlo. Yo sabía que su marido
era bastante racista, pues en alguna ocasión había comentado el asco que
le producían los negros, los moros etc.
Un día mi mujer me dijo que su
hermana había tenido una relación con un muchacho libio, pero que su
padre se había interpuesto y la había prohibido verle. Mi mujer sabía
que se habían estado viendo a escondidas hasta que conoció a su actual
marido, incluso habían estado de vacaciones juntos, diciendo que se iba
con una amiga. Yo me quedé alucinado y le dije a mi mujer que a ver que
opinaba juan, el marido. Me dijo que no tenía ni idea de ese asunto y
que por favor no contara nada, ya que con los racista que era podía
hasta divorciarse de mi cuñada. El que tiene el dinero es Juan, claro.
Un día en su Chalet, le dije a mi cuñada que conocía su "affaire" con el
libio. Se quedó pálida y me dijo algo parecido a lo de su hermana, que
Juan nunca tenía que enterarse. No se como me atreví, pero le dije, no
te preocupes, no se lo voy a decir, pero a cambio, aquí tienes mi polla,
hazme una mamadita. Me quedé sorprendido, pero mi cuñada, me bajó los
pantalones y me empezó a chupar la polla. Me dió tal morbo que me corrí
enseguida....lo hacía fenomenal. Luego comimos y yo estaba extrañado
porque a mi cuñada parecía que lo que había ocurrido era de lo más
normal, pues no se le notaba nada, ni nerviosismo, ni malas
caras....todo lo contrario. Pasaron unos días y yo no paraba de pensar
en mi cuñada. Me llamó mi mujer y me dijo que pasara por casa de su
hermana a recoger unos vestidos viejos que le daba su hermana. Cuando
llegué ella me miró a los ojos y cerró la puerta dejando la llave puesta
para que nadie pudiera entrar. Me dijo que no disfrutaba en la cama con
su marido y que a ver si yo estaba dispuesto a mantener una relación
sin compromiso con ella. Ni que decir tiene que en menos de 5 minutos me
la estaba follando en el sofá. Lo que más le gusta son las relaciones
anales. La inició el libio y disfruta más que por el coño. Claro me
contó que a su marido las relaciones anales le parecen pecado y que
nunca se lo hacía. Bueno pues yo la he enculado a la mínima oportunidad
que hemos tenido. Una vez una Noche Vieja con toda la familia en la
casa, habíamos estado jugueteando cuando nadie nos miraba y por la
mañana follamos como locos mientras todos dormían. Fue la mejor entrada
de Año de mi vida.
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