Estaba en un boliche, siendo tarde para la noche y temprano para el
amanecer. Sentado a la barra y tomando mi gustoso trago, con la música
taladrándome los oído y el humo las luces flasheando el entorno. Todo
pintaba para terminar en una noche más sin ninguna presa en mi haber aunque
conociendo a las mujeres como las conozco, estoy convencido que son ellas
las cazadoras y dada las circunstancia no era yo en apariencia la presa
deseada de ninguna de ellas. No podía distinguir en todas las que miraba
algún guiño de interés, me sentía lo que se dice casi inexistente ante las
mujeres que me rodeaba. Pedí el último trago, aunque mi mareo ya era
inminente, jurando ser el último para después irme a dormir. Cuando se
acerca un tipo de unos 50 y pico de años que medio torpe por el alcohol
pidió una copa y me miro como borracho insoportable intentando enfocarme en
su mirada, en eso me dirige la palabra con un:
-que haces loco? hueviando..!
- si respondí ya me voy le dije a lo que agregó..
-No sé por qué pero me caes bien, ¿no queres coger? Me pregunto y a
lo que respondí
-tas loco no me van los tipos… No!!!
para me dice, cogerías con mi mujer!!!… aclaró
Silencio de borracho… me la dejo picando… y mi principio y final del
pedo que tenía me dio coraje para doblar la apuesta y pregunte:
-donde está tu mujer?
- Ahí sentada!... Señalo con la cabeza
Era una morena muy bien vestida y con aire de colombiana que con un
vestido muy ajustado, por lo que podía ver, denotaba mucha carne bien
proporcionada. Tenía una boca de labios muy carnosos y contorneados, su
mirada dos faroles negros que me clavo la mirada… No la había visto en toda
la noche ni siquiera para envidiar al que estaba con ella. El loco que se
llamaba Roberto me dice vení acompáñame que te la presento…
Ya con nada por perder y con el coraje que da a veces el etílico fui
sin dudar… Me acerque le di un beso y me presento sin nombre al que le acote
cual era el mío ya que el tipo no lo sabía. Se rio mostrando unos dientes
blancos y ordenados con un marco que lo componían los rojo por pintura que
me impresionó…
Charlamos unos minutos de cosas de nada, cuando el desfachatado le
dice sin titubear
-quiero que este flaco te coja… Te le animas?
Ella queda paralizada y muda… pero no dio opinión… Dije tres o
cuatro boludeces para romper tremenda incomodidad y vergüenza de la
situación. Roberto dejo el baso en la mesa la tomo de la mano y la acarreo
diciéndome
-seguime!!!
Yo como perro faldero obedecí. Caminamos cuatro cuadras entre risas
e insinuaciones y me invito a subir al auto.
-Le dijo vamos hacerlo salvaje y al natural…
Mi cabeza deambulaba por mil pregunta y la adrenalina me había
opacado el pedo… así fue que después de dar unas vueltas desembocamos en un
camino rodeado de árboles y a lo lejos se veía la luz rojiza en el cielo de
la ciudad… Roberto paro el auto y le dijo:
-Claudia dale haces lo que estas con ganas de hacer.
Yo no entendía nada, ella se arremango el vestido para poder
movilizar sus piernas y se pasó al asiento trasero por entre la separación
de los asientos delanteros para acudir junto a mi…
En esto de amores siempre se establece una especie de dominio de uno
sobre otro, juego que me presto y quería accionar e imponer mi dominio como
un macho que se prese de tal, así fue que nos trenzamos en besos tiernos
pero nerviosos por mi parte y mis manos tímidamente se deslizaban por todo
su cuerpo y así estuvimos un tiempo cuando empezó tocarme descaradamente mi
verga que estaba erecta, me franeleaba sobre el pantalón mientras
apretujaba sus nalgas, metió su mano por entre medio de mi pantalón para
tocar mi pija en carne enardecida y la mano fría y tibia a la vez me
apretujaba removiéndose, me volvía loco, con mi boca buscaba comerla
literalmente, apretando con mis labios la comisura de los suyos, mis manos
bajaron su cierre y su vestido se abrió al instante por lo apretado, se
retiro y saco sus mangas de él y dejo al descubierto los senos más
espectaculares a que mis ojos hallan visto. Tersa piel con unas aureolas
redondas y rosada, oscura con un pezón puntiagudo. Me apretó contra ellos y
bese desaforado como un infante en búsqueda de su alimentación. Los trate
como el más preciado trofeo, disfrutando cada instante a tal punto que
olvide que su marido miraba lo que hacíamos, no lo registraba pero él estaba
ahí inmutable por lo que pude divisar entre besos. Me desvestí incómodamente
mientras ella se deshizo de su vestido negro y ahí explote en éxtasis al
observar todo esa carne a mi disposición y pidiendo a gritos mudos que sea
poseída, acaricie su pecho y baje con mis manos como un músico interpreta
una melodía en un piano hasta llegar a su entre pierna que por su pelambre
pude sentir que había llegado a su más íntimo lugar, mientras la miraba a
los ojos a no más de cinco centímetro de su boca… Metí mis dedos y ella
abrió gentilmente con aprobación sus piernas, pude sentir sus hinchados
labios, plenamente mojados, mis dedos se deslizaban en la resbaladiza
perturbe rancia rozándolos, entre presiones y caricias, mientras su
respiración me daba las indicaciones del aumento del placer que
experimentaba. Su jadeo entro en ritmo y el mío por contagio, acompañaba,
sumando a un torbellino de soplidos y alientos. Podía sentir el fluir de su
mojada, carnosa y sustanciosa vagina. El aroma era de mezcla de del olor al
cuero del auto sumado a su perfume de calidad dulce y el aliento con deje a
coñac…
En un sobre salto se separó de mí y saco a tirones mi ropa que ya
estaba casi desordenada e iba tirándola en la luneta trasera y casi sin
darme cuenta estábamos totalmente desnudos, me beso el cuello y bajo a mis
tetillas a las que dedico muchos y suaves besos que me puso al piel de
gallina, goce cerrando los ojos, cuando se fue directo a mi pija para
meterla totalmente en la boca. Podia sentir como se tragaba golosamente toda
la pija y ayuda con la mano para manipularla a su gusto y placer oral. Mi
estado era casi epiléptico con pulsiones que acompañaban cada tragada de
verga. Abrí los ojos y el marido serio e inmute miraba como ella, su mujer,
estaba dedicada a dar placer a otro hombre por momento me inhibió pero me
dio mucho morbo la situación así que decidí ignorarlo y seguir con la
ceremonia satánica que habíamos empezado en eso ella se incorporó y me
deslice en el asiento mas abajo suponiendo que se venía, me monto como un
jinete y con suma maestría sacudía su pelvis frotándose entera contra mí,
sus pechos a la altura de mi boca me sofocaban dejándome sin aire.
Ya sus jadeos eran gritos explícitos y rompió el silencio en forma
de enojo diciendo:
-esto es lo que queres?…. que me coja a los tipos!, queres?…
impotente de mierda!…
La verdad que me hizo sentir un hijo de puta pero todo daba `para
seguir ya que el tren del deseo carecía de freno y maquinista… El, solo
miraba por lo que pude observar entre los movimiento, mientras mis manos
apretaban sus nalgas y ayudaba a su movimiento buscando aliviar su esfuerzo
en el subir y bajar.
De pronto me dijo:
-bajémonos estamos incomodos!!…
Abrió la puerta y en un solo movimiento esa morena me daba la mano
para que saliera del auto estaba aturdido por el dominio que me imponía.
Obedecí sin oponer resistencia mientras se puso con las manos contra el baúl
separo las piernas y paro su cola… eso era una imagen sublimen e
indescriptible si bien no era la perfección del edén pero era mágicamente y
humanamente normal pero el entorno hacia parecer el mejor culo de mi vida…
Me agache por detrás y bese cada rincón de sus nalgas me ayude con mis manos
y mi lengua se zambulló entre su vagina y su culo. Sádicamente apretujaba
para ejercer algo de dolor en sus cachetes mientras salivaba toda su entre
pierna. Era yo el que tomaba poder sobre esa mujer en celos. Me pare por
detrás y dirigí mi pija la que entro sin ejercer resistencia alguna, se
perdió en su mojada concha mientras gritaba!
-mira como me coge Roberto!!! mira… mira !!!
Mientras esa yegua me sacudía el culo y yo imponía vaivenes de
placer mientras con mis manos acariciaba su espalda y tironeaba su pelo a lo
que ella levantaba la cabeza al cielo bufando profundo… En eso dice:
-Ves Roberto lo que quiero? Te gusta cómo me cojo este flaco?? …
Primero me incomodo porque me hizo sentir un instrumento de uso de
su placer y su relación, pero después de todo esa era la idea solo darnos
placer los tres…
Roberto parado al costado observaba la escena sin decir nada con
una cara de lástima que me pareció ser su goce. Cuando en eso me ella me
empuja de un colazo que me separo de ella y me mira diciendo a modo de
orden:
-La quiero en el culo!!!, métemela por ahí…!!!
M acerque despacio deje caer saliva con puntería sobre mi glande
para lubricar y abrí esas nalgas no se veía mucho solo la luna era nuestra
lumbre. Pude suponer donde apoye el glande… paulatinamente ella hizo unos
circulo con su culo y se permaneció quieta, empecé a empujar y sentí que se
abría un camino, más ceñido pero interminable por lenta presión, parecía
que ese culo no terminaba de tragar mi pija que es de tamaño normal. Cuando
ya nada quedaba afuera me mantuve quieto con la idea de no causar dolor, fue
ella que tras un grujir casi de leona resoplando se movilizo y le dijo al
marido:
-Mira Roberto no te pierdas esto…. me está haciendo el culo…Se me
abrió todo mira como me trago su verga…
Todo esto en un tono casi de poseída mientras se hamacaba
retorciendo mi verga. Se masturbaba por entre las piernas con sus dedo, el
jadeo se mezcló con gritos y más jadeos y expiro hasta la llegada de un
chillido que supuse que estaba en pleno orgasmo al que no resistí más y
sobre vino el mío con un torrencial fluir de leche que se perdió dentro de
ese culo extraordinario… fuimos deteniendo el movimiento lentamente
esperando tranquilizar nuestras agitaciones sin cambiar de posición. Asi,
detrás paralizado por la pos acabada y por lo raro de la situación.
Roberto dio media vuelta y se subió al volante mientras como dos
perros abotonados… ninguno de los dos nos movíamos esperando reponernos…
paso un tiempo y me despegue de ella.. se incorporó, se dio media vuelta, me
estampo un beso que parecía la paga de los servicios prestado. Saco su
vestido y la tanga del auto me alcanzo mi ropa nos vestimos en silencio… Nos
subimos al vehículo …
Fue el viaje más largo y silencioso de mi vida parecía que nunca
llegábamos y nadie rompía el silencio, yo no me animaba me sentía el
argumento del pecado… Así llegamos a la puerta del boliche ya era casi de
día me baje del auto y cundo voy a la ventanilla a saludar salió como
disparado sin una palabra…
Me quede mirando las luces de ese auto que se alejaba en el que
había sido violado por esa mujer obligada por el morbo de su marido Roberto…
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