Es Sabado…
Anoche no salí.
Me acosté temprano, y me dormí enseguida.
No sé con que habré soñado, o mejor dicho con quién; me desperté rara, “mojada” con ganas de sexo.
Un mañanero vendría fenomenal, pero no tengo compañero.
Mi pareja está de viaje, separándolo de mí algo así como unos 900km .
Abrí la notebook y automáticamente entré a P!, (para los que no conocen es una web pornográfica, un vicio absoluto.
Me puse a leer los comentarios dejados en mis post, (cuantas satisfacción me dan).
Muchos me han preguntado si tengo noción de lo que en los
demás provoco, y la verdad que no, no soy capaz de hacerlo, me sale
naturalmente. Nada es forzado, por lo cual lo veo como algo “normal” por
rotularlo de alguna manera. Lejos de mí, creérmela.
Miro hacia arriba y veo 8 mensajes privados nuevos. Los abro, y me pongo a leer. Uno más lindo que otro.
Algunos para felicitarme por los post, otros pidiéndome el mail o
curiosos queriendo saber más de mí, confesando lo mucho que los excito
con mis historias, y lo que me harían si me tuviesen al alcance de sus
manos en ese momento.
Mis ganas aumentan, mi sexo late, mis manos se inquietan, me
peinan el cabello, me friego los ojos tratando de despegarlos, meto la
mano bajo la sabana y me acaricio los senos, mis pezones están
paraditos pero sin llegar a su plenitud, mis dedos cobran vida, pierden
el control y casi sin darme cuenta bajan hacia mi humedad; me
comencé a acariciar el pubis, suave, sin prisa, disfrutando de “mis
mimos”.
Me encantan mis labios mayores, son gorditos, tanto que
oculta por completo mi vulva, los recorro con el dedo índice a lo largo y
ancho de ellos, estoy tan empapada que mis fluidos brotan, y me pongo a
jugar con ellos, primero con un dedo, subiendo y bajando a lo largo de
mi tajito, mi cuerpo se retuerce, jadeo…
A los pocos minutos le sumé otro, mmmm más rico todavía, me paso la
lengua por mis labios, necesito que me besen, (pero es imposible).
Miré mis tetas erguidas con deseo,
apuntando hacia el cielo, los pezones reclaman de una boca húmeda, una
lengua, alguien quién los atienda, que le den placer, que jugueteen… no
me contuve, bajé el rostro, los busqué con mis propios labios y me
apoderé de ellos, primero uno, después el otro, los lamí con delirio,
me fascina lengüetearlos, los hice prisioneros de mi boca, los
mordisquee un poco (me vuelve loca sentir un leve dolorcito). Gozo con
cada acción que me género.
Libremente mis dedos a esta altura se mueven a su antojo por
todo mi sexo, se siente rico, ahhhh me muerdo el labio inferior, gimo,
gozo, aumento el franeleo, mi cuerpo vibra pidiendo más y más …
Una mano me es poco y le sumo la otra, la izquierda, y con
el dedo índice sobre mi clítoris erecto que sobresale por completo de
su capuchón lo comienzo a frotar en círculos, ufffff…
Enloquezco de placer,
mi cuerpo se extrémese, pierdo el control, ahhhhhh me contorsiono, y
más muevo mis dedos, mi sexo late pidiendo más y más, y lo complazco;
fundiéndome en mis sensaciones…
Mi corazón se agita, el pulso se acelera, jadeo, gimo
ilimitadamente sin tregua hasta que mis manos comienzan a inundarse
producto de mi autosatisfacción. El clímax ha llegado…
M i cuerpo se relaja, mi mente también, y una sonrisa dibuja mi cara.
Los gritos de mi madre me sacan del relax…
- levántate Martina, que ya tenés una clienta esperando que abras la boutique –
¡Ahí voy! X(
Y con mi mejor cara me vine corriendo al local, de donde
ahora les escribo aun con las manos pegajosas, con olor a la miel de mi
sexo, sin haberme podido siquiera lavar, recordándome a cada minuto mi
pajita mañanera
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