Hacia finales de noviembre del año pasado (2012) llegaron a la casa que queda
justo frente a la mia (vivo en una privada de 10 casas) una pareja
joven con una niña de mas o menos un año, he decir que hicimos click
casi de inmediato, la bebe es muy agradable y si les soy franco a mi me
encantan los crios pequeños, no lo sé, pero pienso que sacan mi lado
paternal.
Ella se llama Alejandra, tiene 27 años, mas o menos 1.70 mts, piel
morenita clara, un cabello negro que llega debajo de los hombros, ojitos
marrones, agraciada de cara y con una vocecilla delicada, en cuanto a
su cuerpo nada exuberante, pechos de medianos a chicos, un culito no muy
prominente pero en su lugar; su esposo, un remedo de hipster mantenido y
holgazan (afortunadamente no es golpeador ni vicioso) que jura
trabajar de chef en un restaurante pero que nunca sale de casa mas que
cuando tantea la hora en que regresa su mujer.
Alejandra es estilista profesional, tiene un salon y sale todas las
mañanas a trabajar por alli de las 8 de la mañana, misma hora en la que
yo salía para ir a dar clases a la preparatoria, y regresaba rondando
las 7 de la noche, a finales de enero (2013) entró a unos cursos de
actualización por lo que estaba llegando cerca de las 10 de la noche o
en ocasiones mas tarde; a la bebe la dejaba en casa de su mamá, abuela
de la nena, porque su esposo jura que sale a trabajar todo el dia, (cosa
que no es cierta, yo siempre lo veo salir por allí de las 5 de la tarde
y regresar alrededor de las 9 pm), pero en fin no me gusta meterme en
donde no me llaman.
Uno de los primeros dias en los que Alejandra comenzó con los
cursos, llegó su mama con la nena buscando a Enrique (el esposo de
Alejandra) pero no lo encontró al parecer la señora tenía prisa pues no
soltaba el móvil marcando y remarcando a quien supongo era Alejandra,
tanta era su insistencia y se le veia tan consternada que me acerqué a
ella, pues ya la conocía, bueno un poco de cuando iba de visita.
- ¿todo bien señora? – le pregunté
- hay! hola Lalo, si todo bien, ¿sabes si Enrique salió?
- pues salió hace un rato, a trabajar supongo, ¿necesita algo?
- vas a decir que soy encajosa, pero ¿podrias quedarte con la niña
en lo que regresa cualquiera de los dos?, es que tengo bastante prisa
- pues si tiene la confianza para dejarmela yo encantado
Me dejó a la bebe, y mil un indicaciones y se fue aún con el móvil
pegado al oido, yo entre a mi departamento con la nena que estaba feliz
de estar con “balo” así me decia, la dejer hacer cuanto destrozo se le
ocurrió en mi casa hasta que se cansó y se quedó dormida; Alejandra
llego especialmente tarde ese día y bastante furiosa con su marido, pues
cuando llego despues de saludarme y agradecerme por cuidar de su hija
rompio en llanto.
La invité a pasar y le ofrecí un vaso con agua para que se calmara
pero ella me dijo que si no era molestia le ofreciera un trago de vino,
trate de ocultar mi sonrisa y le serví un caballito de tequila lo bebió
de golpe y sin hacer gesto, cuando se tranquilizó se disculpo conmigo
muy apenada, le dije que no se preoupara que los amigos estabamos para
cuando se necesitara y que yo allí estaría siempre, además de que me
ofrecí para cuidar a la nena por las tardes cuando su mama no pudiera.
Al parecer tomó mi palabra pues por lo menos tres veces a la semana
me quedaba con la niña por las tardes cuando la llevaba su abuela, y
cuando Alejandra regresaba, se quedaba un buen rato platicando conmigo,
tomo tanta confianza que parecía mas bien que se desahogaba y buscaba
consuelo, por todo lo que me dijo entendí que se casó por el compromiso
al quedar embarazada, que no soportaba las holgazanerías de su marido,
ni a su marido y que se sentía sola, en mas de una ocasión entre las
platicas se nos subieron un poco los tragos, no pasabamos de un par de
carcias en las manos o en la cara, besos en la mejilla y abrazos, ella
se sentía muy agusto conmigo y yo trataba de aconsejarla lo mejor que
podía o por lo menos ofrecerle consuelo y amistad.
Un viernes por la tarde, Alejandra regreso bastante temprano, por lo
que vió cuando su esposo apenas se iba a “trabajar” y se puso furiosa,
los oí gritarse en un pleito marital, vi como Enrique arrancó su auto y
salió derrapando de la privada, al poco tiempo Alejandra llamó a mi
puerta llevaba a la nena con el pretexto de que se la cuidara un rato,
pero inmediatamente me di cuenta que lo que quería era que la escuchara,
pues llevaba los ojos rojos por estar llorando, la invité a pasar y
accedió, la nena se dió gusto haciendo desorden, yo le dije a Alejandra
que no se preocupara que la dejara jugar y me senté a su lado en la
sala, no pudo más volvió a romper en llanto la abracé y le dije que se
calmara que todo estaría bien.
Me pidió un trago, saque la botella y comenzamos a tomar mientras se
desahogaba, en verdad estaba sola, dolida y desesperada esa mujer,
estuvimos hablando y bebiendo por al rededor de una hora, hasta que como
siempre la nena se canso de hacer desastres y se quedó profundamente
dormida, le improvisé como siempre una cuna con los sillones, Alejandra
se ofreció a ayudarme a recojer, comenzamos a reordenar y ella siguio
hablando valla que necesitaba desahogo y consuelo, nunca había sentido
tanta soledad en una persona ni tanta necesidad de compañia que no la
juzgara.
Terminamos de reordenar todo, y volvimos a la sala, la niña
profundamente dormida, y en la botella lo sufiente para dos shots, los
servimos y nos los bebimos de golpe, ambos estabamos muy mareados.
- Lalo de verdad que eres un buen amigo – me dijo
Me dio un abrazo tan fuerte y se lo correspondí de igual manera, tal
vez por el tequila, o tal vez por le hecho de sentirse entendida, la
llevaron a buscar mis labios con los suyos, no tardó en encontrarlos
pues yo le facilité la tarea, nos besamos de una manera tan dulce y por
un tiempo tan prolongado que nos separamos solo para tomar aire,
reaccioné un poco sobre lo que acababa de hacer, pensé en disculparme
pero al ver la expresion de Alejandra la verdad es que me dieron ganas
de seguir, incluso de probar ir mas allá de un simple beso.
La volví a besar, pero estaba vez le puse un poco de pasión y
lujuria mezclados con un beso que terminó en una batalla de lenguas, la
tomé por la cintura y la pegué con fuerza a mi, su respiración se agitó,
y sus piernas flaquearon, la cargué y la coloque sobre el unico sillón
libre, no paré de besarla, comencé a recorrer su anatomia, sin tocar
partes privadas, solo un poco por sus piernas, por su cintura, sus
brazos, cuello espalda, ella estaba entregada, con sus manos hacia
suaves cirulos en mi espalda por debajo de mi playera.
- No puedo aguatar mas, quiero hacerte el amor – le dije.
- Ven y hazme tuya – me respondió mordiendose el labio
La tome de la mano y la levanté del sillón, la hice que me siguiera
hasta mi habitación, al llegar la tiré sobre mi cama con suavidad, y
luego me lance sobre ella, comencé a besarla y a quitar los botones de
su blusa, sin parar de besarla la incorporé un poco y le qute la prenda
junto con el sostén, deje al aire sus pequeños pechos que ya tenían los
pezones duros, comencé a acariciarlos, Alejandra empezó a gemir me
incitaba a no detenerme, con habilidad le desabotoné su jeans, y al
sentirlo libre ellá sola se lo quitó, aproveche entonces para comenzar a
chupar sus pechos, y con mi mano a acariciar su concha, estaba muy
mojada y se inundaba mas con cada caricia, traté de deslizar mi mano pr
debajo de sus bragas para tocar su concha directamente, pero no me dejó,
pense que reaccionaría y me detendría, pero no lo hizo al contrario con
fuerza y habilidad me giró para ponerse sobre mí, como montandome.
Siguó besandome con lujuria, con deseo, rapidamente se deshizo de mi
playera, besó y mordió mi pecho y siguió bajando, pude sentir el calor
de sus exhalaciones en mi ya erecto pene, aún por encima del pantalón,
bajó el cierre del mismo y buscó con su mano mi miembro, lo sacó y lo
admiro, (23 cm de largo por unos 4 o 5 de ancho), lo recorrió con sus
manos suaves en toda su longitud, me masturbo con delicadeza lo hacia de
una manera tan deliciosa que no paré de disfurtar, se detubo pero solo
para sacarme el pantalón y los boxers y despues subio mordiendo y
arañando mis piernas, acarició mis huevos con su leguna y subio hasta la
cabeza de mi falo, yo estaba que reventaba, Alejandra comenzó a chuper
mi verga con gran deseo, lo hacia con maestria con dedicación al punto
que logró meterla por completo en su boca, yo me estaba volviendo loco,
movía mis caderas al compás de su mamada, cerraba sus labios a la
perfección rodeando el perimetro de mi falo, y con su lengua juguetaba
con la cabeza, cuando creí que no aguantaría mucho más y que terminaría
en su boca ella se levanto y se quitó las bragas, me monto nuevamente
dispuesta a clavarse sola.
Fue mi turno ahora de no permitirle seguir, me incorporé y la besé,
la rodee con mis brazos y luego la giré para recostarla en la cama, la
tremenda mamada que me acababa de dar me había puesto a mas de mil, y de
clavarla terminaría eyaculando muy rápido cosa que no me podía
permitir, me dipuse a devolverle el favor, así que baje de sus labios a
sus pechos, por su vientre y hasta su concha, estaba exageradamente
mojada, y se empapó más al sentir mi lengua recorrerla, la abrí un poco
con mis manos y luego entroduje mi lengua lo mas profundo que pude en
esa cueva, ella gemia de placer, lo hacía con tanta fuerza, se sentía
verdaderamente entregada, deje su cueva para subir a su clitoris, lo
cupé, mordí, lamí y le hice de todo cuanto se me ocurrió para darle
placer, si hay algo de lo que puedo presumir en la intimidad (y no me
gusta hacerlo de nada, porque se me hace egocéntrico) es de la manera en
que les hago sexo oral a las mujeres, Alejandra estaba loca de placer y
deseo, con sus manos me impedia levantarme de su choncha, yo segui
juguetando con esa vagina deliciosa, hasta que tuvo un orgasmo que de
verdad casi me ahogo allí abajo.
Supe entonces que era hora de consumar el acto, de clavar mi verga
en lo mas profundo de esa concha deseosa de ser penetrada, me levante y
abrí el cajón del buró al lado de mi cama donde guardo los condones
saqué uno y cuando estaba por abrir el empaque Alejandra me detuvo.
- No uses condón, quiero sentirte pleno, no hay ningún problema…
Francamente nunca me ha gustado usar condón, pero si lo hago es para
cuidarme y cuidarlas, sin embargo cuando se tiene un coñazo con el de
Alejandra, su petición de no usar protección y la poca concienca que hay
cuando uno esta caliente, forman la combinación explosiva de buscar
placer al natural.
Me volví sobre ella, le abrí con suavidad sus piernas, su concha
pedía a gritos ser penetrada, me puse de rodillas y me incliné un poco
para acomodar mi verga en la entrada de esa cueva, apunté la cabeza y
luego comenze a taladrarla; mi duro falo entró sin resistencia alguna en
su concha, estaba lubricadisima por la gran exitación y el orgasmo que
le había dado segundos antes, cuando la clavé a fondo, solto un gemido y
me clavó las uñas en la espalda, inicié un bombeo suave que fue en
aumento, conforme al ritmo los gritos y gemidos de placer de ambos
tambien iban en aumeto, mi verga entraba y salía casi en su totalidad,
así en la posición de misionero, Alejandra me regaló otro orgasmo y me
pidió no detenerme, nos giramos sin separarnos, ella me montó, lo hacía
con destreza, subia y bajaba clavandose mi verga a fondo a la par de
hacer circulos con su cadera, iba de adelanta hacia atras, yo me sente
sin parar de clavarla, estuvimos así otro rato, luego la tome por sus
piernas casi por sus nalgas y me levante, comencé a clavarla de pie,
ella no es muy pesada por lo que no me esforzaba mucho para cargarla,
ademas que claro sabía perfectamente como acomodarse para darse y darme
mas placer.
Estuvimos cogiendo y caminando por la habitación hasta que llegamos a
un sillon del tipo Kamasutra, de esos en los que uno queda semi
acostado, y me tiré dejandola montarme otra vez, le dije que yo estaba a
punto de terminar, me dijo que ella tambien y me pidió no sacar mi
verga, quería sentir mi leche, llenarse de mi, asi que yo me estiré en
toda la longitud del sillón y ella alcanzó a apoyar sus pies sobre el
piso, lo cual le daba mas impulso para clavarse en mi verga, un par de
sentones así y yo comence a sentir el cosquilleo en el vientre, mis
huevos se contrajeron y se llenaron de leche, Alejandra se apoyo sobre
mi pecho, se estremeció con fuerza, y luego una lluvia de espasmos
comenzaron a apretar mi verga con fuerza dentro de su concha, no aguanté
mas y tambie solte chorros y mas chorros de semen dentro de ella, a
cada disparo gritaba de placer, cuando el orgasmo pasó se tiro sobre mi
para recuperar el aliento, nos besamos, la acaricié, despues se levantó y
retiro mi verga de su interior, y empujo mi leche a salir y caer sobre
mi vientre.
Nos paramos y nos tiramos en la cama, un par de minutos, para
terminar de recuperar el aliento, luego tomamos nuestras ropas y nos
vestimos, Alejandra fue a ver a su beba, que seguia profundamente
dormida, luego se despidió de mi y regreso a su casa.
He de decir que nunca hemos vuelto a repetir el acostón, ni nunca
hemos hablado de ello, la relación de amistad que tenemos sigue siendo
igual que antes de enrollarnos, debió ser el tequila o tal vez la
necesidad de sentirse entendida por un instante lo que la llevo a
acostarse conmigo, no lo sé y quizá nunca lo sabré, por ahora y por
mucho, solo será un recuerdo de un buen polvo.
Un buen polvo con mi vecina
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