Bueno me llamo Cassandra y tengo 36 años, estoy casada desde hace siete
con mi marido Roberto. Nuestra relación es mas o menos buena, hay de
todo como en todos los matrimonios supongo.
Si tengo que describirme soy una mujer normal, metro setenta cintura
estilizada pues siempre he sido bastante flaquita, pechos no muy grandes
la verdad lo que a veces detesto pues me gustaría marcar mas pechos, mi
trasero esta bien puesto y mis piernas largas son estilizadas, me
gustan mis piernas largas y sensuales, los hombre aun se las miran y se
que Roberto se enamoro de mi mirándome las piernas.
Roberto tiene ahora 54 años, me case con un hombre mayor no se si la
edad en el sexo tiene algo que ver supongo que si. Yo a los 21 lo hice
por primera vez con un novio, fue una relación que duro tres años pero
no cuajo la cosa. La relación era buena pero mi ex-novio era un tipo
normal y corriente supongo, de igual modo el me desvirgo y me inicio en
el sexo. Luego después de dos años conocí a Roberto y hasta ahora.
Me case con el por que me daba estabilidad en varios sentidos, sobre
todo económica pues el tenia una empresa de construcción, ahora todo ha
cambiado y casi esta sin trabajo y yo tengo una cuenta corriente
esquelética y un tío de 54 años en la cama cada noche, uf que futuro.
Es por eso que aquel día que vino José Alberto un ex trabajador de mi
marido de un país latino americano, no diré cual pues no voy a
comprometer a nadie. Pues vino a casa ha hacer unas reformas, entre el y
mi marido las harían de forma sencilla pues se dedicaban a eso.
José Alberto es un típico latino de piel morena oscura y tiene ahora 24
años, esta casado pero su mujer esta en su país y tiene dos hijos, no se
como estas culturas son tan dadas a casarse tan pronto y a tener hijos,
pero cada uno a lo suyo.
Es de mediana estatura y aspecto fuerte y muy trabajador, me fue
contando que echaba de menos a su familia sobre todo a su esposa, supuse
que debe ser duro tener a la esposa tan lejos y el aquí solo ¿y el
sexo? como se lo debía hacer, a lo mejor se iba con prostitutas quien
sabe o a lo mejor tenia a qui una novia, bueno no era asunto mio, pero
mi marido en la cama es un poco desastre la verdad y mas desde que tuvo
que cerrar su empresa y las cosas nos van mal y encima la edad de el no
se todo se acumula y se acaba pagando en la cama supongo.
Mi marido la tiene normalita, 15 cm de carne eso cuando esta a topo
porque si no esta animado se me viene abajo enseguida, yo me esfuerzo en
dárselo todo incluso mi ano pero el pierde las fuerzas enseguida y a
veces solo con darle unas chupadas en su pene tembloroso se corre sin
mas, le he comentado de ir al doctor pero creo que el problema esta en
su cabeza no se.
Todo vino como rodado, aquella tarde mi marido tenia que ir urgentemente
a arreglar unos papeles de la empresa y José Alberto venia ha hacer los
ultimos remates de la obra en casa.
Yo lo veía trabajando y me humedecía sola, pensando en la necesidad de
el y en mi calentura, ya se que puedo parecer una puta pero no lo soy
pues jamas antes había engañado a mi marido y os aseguro que he
aguantado mucho, pero soy joven o al menos así me siento y me gusta el
sexo.
me cambie de ropa, me puse mi bata corta de seda roja, más insinuante
imposible, la bata me llega algo mas de la cintura pero poco mas, debajo
un tanga negro muy fino y nada mas, asi con la bata medio abrochada
dejando mis pequeños pechos medio al aire me acerque a el.
Jose Aleberto estaba alisando la pared con una pala o algo así yo le
cogí del hombro y me acerque, el se echo un poco para atrás yo me
acerque mas, el se veía cohibido y incomodo yo me acerqué mas y pegue
mis labios a los míos, ahí selle mi adulterio.
El me abrazo y rápidamente metió su mano callosa entre mis piernas
suaves, nos seguíamos besando con las lenguas frotándose dentro de su
boca, yo le metía la lengua en su boca y el me la estrujaba con la suya,
me empece a humedecer enseguida, sus dedos buscaban mis sexo, me abrí
de piernas y sus dedos fuertes me tocaban en la raja que se iba
humedeciendo mas y mas, me lo lleve a mi cama, a la cama que mi marido
ocupaba todas esas noches vacías de sexo, eso aun me éxito mas.
Me abrí la bata, el se empezó a desnudar, su torno moreno y moldeado me
éxito aun mas, sus piernas musculosas sus brazos fuertes, entonces se
quito los slips.
Su pene, dios que polla, medio hinchada entre sus piernas debía de
hacerle 18 cm y aun no se había puesto dura. No espere yo era un volcán,
solo quería recibir fuego dentro de mi cuerpo.
Se la agarre y me la metí en la boca, el se tumbo en la cama yo en el
suelo arrodillada entre sus piernas y chupándole el pito, le chupaba y
chupaba y su polla se puso recta casi al momento, su bola roja desnuda
era enorme, me la metía en la boca y la lamia, su polla no me cabía en
la boca entera ni intentando poniéndomela a un lado de mi boca me cabía,
ahora debía de hacerle 25 cm mas o menos, oh que pedazo de polla.
El me agarro la cabeza y empezó a darme fuerte en su polla, su polla me
entraba en la boca y salia muy rápido, así estuve unos minutos eternos
pues yo quería esa polla clavada en mi, pero clavada entre mis piernas,
jamas me habían clavado algo así y lo deseaba como la vida misma, con
toda mi alma y todo mi ser, la quería dentro de mi.
El se corrió entre gruñidos de placer, su semen en mi boca caliente y
salado, escupí lo que pude, le acabe de ordeñas con la mano, lo deje
seco, casi me corro yo viéndolo a el correrse.
"Oh mamita" fue lo único que me dijo, el también estaba necesitado por
lo que pude observar cuando empezó a darme besos en la boca y empezó a
agradecerme la felación enorme que le había hecho.
Pero yo quería mas.
me puso en la cama de boca arriba, y me comió el coño, su lengua me
traspasaba yo muy mojada me retorcía de placer y me abría de piernas
para que su lengua pudiera llegar mas dentro de mi, el me frotaba el
clítoris con los dedos y me metía la lengua dentro de la vagina muy
rápido, me corrí en chullidos de placer incontrolados, mi coño palpitaba
cuando mis líquidos salían de mi como hacia tiempo no me habían salido.
El me puso de espaldas a cuatro patas como se suele decir o como me dijo
el "ahora harás de perrita". me abrió de piernas y mi sexo quedaba
abierto a el, también mi ano, el me golpeaba con su polla en mi sexo, os
lo podéis creer, su polla medio hinchada le servia de látigo para
golpearme, jamas me había sentido así, era tan excitante como la primera
vez.
Me empezó a preparar, sus dedos urgaban en mi entrada, me metía dos
dedos yo de nuevo húmeda empece a calentarme otra vez, mi excitación
subía y mi vagina se dilataba para recibirle.
Ahora sentía tres dedos dentro de mi vagina urgandome y dándome una
masturbación placentera oh que gusto me daba, se puso tras de mi y note
su bola en mi entrada, enseguida sentí el resto.
Su polla me traspaso como nunca antes me habían traspasado, que placer,
mi coño húmedo la acepto como si yo estuviera acostumbrada a estos
placeres carnales, me daba fuerte yo gemía y saltaba de placer en mi
cama, el me daba palmadas en las nalgas y me decía cosas mientras me
galopaba como a una yegua, su polla enorme dentro de mi casi no me
llagaba al final y cada vez que la notaba dentro del todo la notaba al
final de mi carrera y me oprimía dentro partes de mi cuerpo que yo
desconocía.
Me tuvo así un rato que yo disfrute con gritos y gemidos increíbles, no
podía parar de chillar de gusto no podía, era una follada increíble.
me saco la polla de dentro de un golpe, yo me sentí huérfana cuando lo
hizo pues no me quedaba mucho para volver a correrme como una
adolescente, me giro y nos quedamos de frente en la cama, se cargo mis
piernas en sus hombros y me volvió a penetrar. En esta postura la sentía
toda aun la sentía mas adentro, grite de placer y os juro que me dolía
cuando me llegaba al final era como si me estuviera desvirgando muy
adentro de mi cuerpo, me daba fuerte su pecho moreno se contraía a
arcada sacudida yo me abría a el y el me cogía de las piernas por detrás
de mis rodillas por mis muslos y me apretaba mientras no paraba de
darme mas y mas.
me vine en un orgasmos completo, gemí y grite mas fuerte que antes, el
se iva a vernir, me daba igual que se correse dentro de mi en esos
momentos me daba lo mismo.
la saco de un golpe y me cogió fuerte la cabeza por el cabello, me la
puso en los labios, la metí dentro de mi boca y la chupe, el me apretó
la cabeza hacia su polla, su polla me dio en la garganta el me daba
fuerte y se corrió con su polla toda dentro de mi boca, casi me ahogaba.
Esta vez su semen fue todo dentro, me lo trague no tenia otra solución pues su polla enorme me oprimía la garganta.
Nos calmamos los dos y nos besamos, el me trataba con mucho cariño y me
decía cosas hermosas, decidimos ducharnos los dos juntos.
En la ducha empezamos a tontear, a tocarnos otra vez, su polla
totalmente flácida era hermosa, su capullo reluciente y sus testiculos
gordos como puños, era un macho autentico, de raza.
Nos enjabonamos los dos el me puso mucho gel en el ano yo sabia cual era
su idea, tuve miedo al pensar en aquella polla en mi ano, pero el me
daba seguridad, me puso contra la pared de la ducha, me agache todo lo
que pude, el me bario las nalgas con sus manos y me apunto con su polla
intento metermela y la polla se salio, no estaba del todo empalmado y
así la polla salia de mi ano nada mas entrar pues yo nunca lo había
hecho por detrás y mi ano no dilataba lo suficiente para semejante
polla.
Me dio la vuelta y me la metió en la boca, le estuve chupando mucho
rato, tanto que me dolía la boca de chupar, pero al fin se la puse otra
vez como a un toro, larga dura, reluciente, peladita de la punta oh que
pedazo de polla.
Me puso de nuevo en la posición para poder metermela por el culo, la
note enorme, me dolía el apretaba yo chillaba esta vez de dolor, gracias
al gel mi ano estaba lubricado, el empujaba y mi ano se negaba a
aceptar aquel trozo de carne, entro la mitad calcule a partir de ahí mi
ano ya no estaba lubricado y el me dio un empujón tan fuerte que mi cara
choco contra la pared de la ducha.
Sentimos perfectamente un ras.
Me había roto, el no se percato del dolor pensaba que yo chillaba de
placer, le implore le dije de todo pero en el clímax del sexo el no se
percato de nada y me siguió dando tan fuerte como antes en la cama.
No se acababa nunca, el no se corría nunca, intente salirme, era
imposible, me sujetaba de la cintura con fuerza y el espacio era
reducido enfrente la pared detrás el, no había donde huir.
Chillaba tanto que escuche el timbre de la puerta, luego supe que eran
los vecinos alarmados de mis gritos, el me daba tan fuerte que mis pies
de levantaban del suelo cuando me embestía, su polla me llegaba tan
adentro de mi ano que me sentís rota, era como si un puñal de sierra me
estuviera rajando por dentro.
Me tuvo allí mucho rato, perdí la noción del tiempo, casi me desmayo del dolor, la vista se me nublaba y el no paraba de darme.
Al fin supongo que se corrió pues no sentí su semen en mi ano, el se
separo de mi, cuando me la saco caí en la ducha un charco de sangre me
rodeaba.
En el hospital mi marido se entero de todo, me había desgarrado
analmante, 14 puntos interiores y 5 exteriores pues el desgarro iba del
ano a la vagina, su enorme polla no solo era larga sino gorda muy gorda.
Mi marido me ha dejado y yo ya recuperada valoro si ha valido la pena la
aventura, supongo que si, ahora soy libre para disfrutar de la vida y
una vez probada esa polla os aseguro que me puedo comer la que sea, de
José Alberto no se nada mas creo que volvió a su país con su esposa,
pobrecita.
Hable con el por teléfono una vez la ultima, llamo para decirme que se
iba pero que no sabia cuando, hablando de lo nuestro le pregunte algo
que no me dejaba dormir tranquila.
¿Cuanto te mide la polla? - Le pregunte.
32 cm, me dijo con toda la naturalidad del mundo.
32 cm, un desgarro y un divorcio.
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