Hola, soy un chico de 32 años, alto, de 183 cm., de rostro varonil,
atractivo, rasgos fuertes, mirada aniñada, labios carnosos, y cuerpo
atlético,y espaldas anchas. Vivo en la costa de Andalucía, esa
maravillosa región del sur de España, donde el buen clima acompaña la
mayor parte de los días.
Cuando transcurre esta historia, tenia por entonces 26 años, levaba
unos días apuntado a una conocida página de contactos de España, cuando
vi el mensaje de una mujer de 34 años que me quería conocer.
Se trataba de una mujer rubia, de rostro amable y bonita sonrisa, de
ojos azules, con caderas anchas y buen culo, a la que llamaré María.
Hablamos un poco por internet, y esa misma noche estábamos hablando
por teléfono, y sin habérnoslo propuesto, ni haber hablado apenas de
sexo por internet, cuando hablamos por teléfono surgió una química
especial, y terminamos teniendo sexo telefónico, realmente me excité
mucho al oírla jadear por teléfono, me parecía que tenía una voz muy
sensual y tenia que ser una buena zorra en la cama.
A los pocos días quedamos un viernes por la noche para cenar, la
recogí en un punto intermedio donde ella había estacionado su coche, y
nos fuimos en mi coche hacia una zona turística y tranquila, y cenamos
en la terraza de una pizzería, donde no había muchos clientes comiendo, y
teníamos intimidad para hablar.
La conversación fue muy natural, lo cierto es que aunque María no me
llevaba tantos años de edad, si es cierto que la veía una mujer ya
curtida por la vida, con experiencia, tenía cuatro hijos y era viuda, al
parecer su exmarido, que le estaba siendo infiel con otra mujer en esa
época, y estaban al borde de la separación, tuvo un accidente laboral y
falleció, y ella quedó oficialmente como su viuda.
La verdad, que aunque ese episodio no había ocurrido hace muchos
años, ya que sus hijos eran muy pequeños, a María se le veía una mujer
muy alegre, de esas con las que resulta fácil tratar en cualquier
situación, y estuvimos hablando de lo típico, por donde salía, con que
gente lo hacía, exparejas y rollos que había tenido después de su
marido..todo muy natural, tomando la conversación a veces algún tinte
picante, pero muy light, era más una charla de amigos, que de dos
desconocidos que desean algo más.
Pagué la cuenta de la cena, y regresamos en mi coche hacia la zona
donde yo vivía, y donde ella había aparcado, sin saber bien yo que iba a
ocurrir ahora, porque si que me apetecía poder llegar a algo más y
llevar a María a mi casa, pero tampoco quería hacerlo de forma brusca.
La idea de ella era tomar algo en la zona de fiesta de la zona, donde
al parecer habían salido esa noche unas amigas suyas y me las quería
presentar. Pero aunque María me caía muy bien, yo no iba buscando hacer
nuevos amigos, me apetecía vivir otro tipo de situación, y en el fondo
creo que a ella también, porque cuando le propuse a mitad de trayecto,
que parasemos en un pub que estaba al margen de la carretera, en una
zona muy discreta, accedió sin rechistar.
Solo fue suficiente una copa de ron para cada uno, para comenzar a
subir el tono de la conversación, y que la charla fuera mas animada, y
con más risas por parte de los dos.
Nos terminamos la copa y yo pensé que ya era el momento de dar una
vuelta a la situación, y nos dirigimos al coche, y recordé que en una de
las charlas por internet, María me confesó que le gustaba el manga, por
lo que le dije que si le apetecía venir a mi piso a ver manga.
Le dije esto de una manera graciosa, para que en el caso de que
reaccionara de forma negativa, pudiera excusarme en que era una broma,
pero como esperaba María reaccionó un poco sorprendida, y riéndose,
diciendo…-ahora? Bueno, la verdad que no tenía eso en mente, pero si
quieres.
Al verla ya más baja de defensas, y entregada a la causa, jeje, una
vez ya estábamos sentados en el coche, antes de arrancar, me acerque a
sus labios, y mordí suavemente su labio inferior, reaccionando ella
lanzándose hacia mi boca, para fundirnos en un beso corto pero con
lengua.
En ese momento mi polla reacciono, y adquirió un volumen considerable
dentro del pantalón, notándolo ella, y mirando golosa hacia mi miembro.
Decidí que era el momento de arrancar y no perder el tiempo, y con la
polla a reventar en mi pantalón, nos dirigimos hacia mi casa.
Maria puso su mano sobre mi polla por encima del pantalón, diciéndome
con cara de puta relamiéndose, que si necesitaba ayuda para cambiar de
marcha, y al verme asintiendo con mirada lasciva, procedió a desabrochar
mi pantalón, bajar mi cremallera y liberar mi miembro, agarrándolo
fuerte en la base del tronco, y simulando el cambio de marchas desde la
primera a la quinta.
María me estaba volviendo loco de placer, y mi polla estaba apunto de
reventar, y sin decirle nada, ella solita agachó la cabeza, rodeando mi
glande con sus labios, y succionándolo, proporcionándome un gustito muy
rico en esa zona de mi polla, pero yo quería más y usé mi mano derecha
para empujarla suavemente hacia abajo.
María pareció comprender perfectamente mi gesto, y engulló ella
solita todo mi rabo, apretando los labios a cada centímetro que comia de
mi polla, quedando incrustado mi verga hasta los huevos.
Era una sensación maravillosa sentir el calor, humedad, y presión de
su boca y garganta, rodeando toda mi polla. Maria era una experta
comedora de pollas, subiendo y bajando su cabeza, deslizando sus labios
ejerciendo una presión magistral sobre mi rabo, y cuando bajaba la comia
hasta el fondo pudiendo sentirla en su garganta, y como a la vez movia
su lengua a una velocidad vertiginosa acompañando la mamada.
Joder, estaba ante una autentica mamadora de pollas, y no iba a
desaprovechar la noche. Estabamos ya llegando al garaje comunitario, y
el trayecto se me había hecho demasiado corto, María seguía chupándome
la polla, y yo no quería cortar ese bello momento, jeje, por lo que
estacione en mi plaza, que estaba enfrente de la entrada de mi bloque, y
como eran las 02:00 de la mañana, recé porque no apareciera ningún
vecino a esa hora, y opté por continuar disfrutando de la magnífica
comida de polla de la viciosa de mi amiga viuda.
María chupaba con afán, y yo me hundía de placer en el asiento,
recliné un poco el asiento para ponerme más comodo. La luz del garaje se
apagó ya que lo hace de manera automática cuando pasan unos minutos y
no detecta ningún movimiento, y en el coche también estábamos a oscuras
ya que había quitado la llave del contacto.
Era un momento sublime, María chupando como una buena puta, a
oscuras, pero eso parecía que le hacía esmerarse más, y yo ya estaba en
el cielo acercándome al orgasmo. Estaba todo excitado y comencé a mover
mi pelvis hasta el fondo de su garganta acompasando cada vez que ella la
tragaba hasta el fondo. Y cuando vi que el momento se acercaba, comencé
a darle pollazos más fuertes y más rapidos hacia arriba, y ella
tragando y apretando mas fuerte los labios, hasta que agarrando su
cabeza con las dos manos, deje mi polla clavada al fondo de su boca, y
comencé a descargar el torrente de leche que salía de mis huevos en su
gargante, gritando de placer, –siiiiiiii, aahhhhhhhh, chupaaaaa
putaaaaa, cerdaaaaa, tragaaaa mi lecheee cabronaaaaa¡.
Maria succionó hasta mi ultima gota del néctar de mi leche, dejándome
la polla reluciente, desplomándome en el asiento tan relajado, que
había perdido consciencia de donde estaba, en el garaje de mi bloque,
con los pantalones bajados, y la polla erguida todavía, y llena de babas
de la María,y poco a poco me fui incorporando, subiendo el pantalón, y
al salir del coche las piernas me temblaban.
De camino al ascensor, junto a María, aunque mi polla andaba mas
relajada, mi mente continuaba excitada, pensando todo el juego sexual
que le podía dar esa noche a una mujer tan viciosa y tan amante de las
pollas, y sobre todo, con esa detreza en hacer mamadas, jeje.
Puta,viuda,golosa y chupa pija
Posteado en 69 , Beso Negro , Heterosexual , Infidelidades , Maduras , Sexo Anal , Sexo Irracial en por Esperanza
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
0 comments :
Deja un comentario