Esa noche habia bebido con mi cuñado dos botellas de whisky, estaba
realmente mareado, la habitación quedó a oscuras y luego paso todo.
Esos días estuve de huésped en la casa de mi hermana Flor, quien me
invitó a dormir en su casa, esa noche tomé algunos traguitos con mi
cuñado José. El tenía dos hijas, quiero referirme a una de ellas, de
nombre Jennifer, de 17 años, de tez blanca, ojitos café claro, desde
pequeña tuvo dos lindos melones por senos, que destacaban en su figura
delgada. Esa noche nos fuimos a acostar a eso de las 12:00, ya estaba yo
un poco mareado por los traguitos. Apagué la luz de la mesa de noche,
mi habitación estaba en el primer nivel, mientras que mi hermana y mi
cuñado estaba en el segundo nivel. De pronto sentí entre mi sueño, que
alguien entró a la habitación. Se metió entre mis sabanas, luego lo
siguiente que puedo recordar, fue una manos femeninas acariciaban mi
falo sobre mis calzoncillos. Lo siguiente fue que sacó mi pija, la
masajeo hasta casi erectarla por completo y luego comenzó una rica
felación.
La chica me hizo estremecer se placer. Yo creia que era un
sueño húmedo y no quería despertar. Su boca lamía y chupaba cada
centímetro de mi pija, luego lamió completamente mis cojones, al mismo
tiempo con su mano me hacía una rica paja. No pude más y me vine a
chorros. No se si ella tragó algo, pero la venida me hizo despertar y
volver a la realidad. La chica quiso irse, pero yo la tomé del brazo y
le dije en plena oscuridad que ahora me tocaba a mi, ella dijo que no,
que quería irse, hasta en ese momento, supe que era Jennifer por la voz.
La acosté en la cama, le quité entre jalones y empujones, el pantalón
de su pijama le abri las piernitas y comencé a lamer su chuchita, a
pesar que ella seguía oponiéndose su rajita se mojó toda y eso me hizo
saber que la chiquita la estaba pasando bien. Dos minutos más tarde,
cesó Jennifer de patalear y jalarme el cabello, sus gemidos se hicieron
sonoros, sus jaleos de cabello se hicieron delicados, su bollito estaba
caliente, inserté el dedo medio de mi mano en su chuchita mientras le
lamía el clítoris, a pesar de los traguitos el saber tratar el bollo de
una mujer no se olvida. Jennifer gemía como si se estuviera ahogando,
señal de que le estaba gustando mucho. Cuando sentí que la chica estaba
lista, su bollito lleno de líquidos lubricantes, como pude me bajé el
calzoncillo, me subí sobre ella y sin mucha oposición la penetré, subi
sus piernas y le llené su chuchita de pija, hasta adentro, ella gimoteo y
pujó, pero no se opuso, es más ella misma elevó más sus pies, abriendo
más su rajita y dando más comodidad a mi pija, la follé primero lento,
pero después la cama rechinaba de la dureza que yo la penetraba, la
chica trataba de no gritar, se oía pujar para aguantarse. La clavé sin
piedad por varios minutos, la oí correrse, pero mi ímpetu no la bajé,
seguí martillando su bollito. Más por cansancio que por correrme, dejé
de bombearsela. Me hice a un lado para dejarla respirar, tenía sudor en
la frente, al igual que ella. A los dos minutos, ella que estaba boca
arriba, se volteó como ofreciéndome su parte trasera, yo que aún estaba
excitadísimo, me abalancé sobre ella, le penetré su rajita casi de
inmediato, por lo mojado de su bollito, mi pija se deslizó hasta el
fondo y comencé a moverme sobre ella, metiendo y sacándola con frenesí.
Jennifer empezó de nuevo a gemir de placer. De pronto el diablo entró en
mi cabeza y como la tenía a mi antojo, la saqué de su chuchita y la
intenté sodomizar, ella reaccionó tratando de levantarse, pero con
fuerza la sostuve y le fui penetrando su culito, ella siguió de
oponerse, pero eso causó que yo se la clavara aún más en su recto, le
dije un poco fuerte que no se opusiera y que se relajara, ella dejó de
resistirse y asi la pude meter toda en su culito, luego lentamente, la
fui cogiendo rico, su culito apretadito me estaba llevando al no
regreso, le besé el cuello y la espalda, lo cual la fue excitando y
ahora empezó a mover su trasero al ritmo de la follada de su culo. Mis
gemidos y los de ella se unieron y de pronto explotamos los dos, primero
yo le llené de leche su culito apretado, luego ella mordió la almohada
para ahogar los gemidos de su orgasmo. Nuevamente me separé de ella y
fui estabilizando mi respiración. Ella se levantó de la cama se puso la
pijama y asi como entró salio de mi habitación. Yo me quedé
completamente dormido y sentí hasta el otro día. Solo una mancha de
semen mezclado con los líquidos íntimos de Jennifer que estaba en las
sabanas, comprobó que no había sido un sueño, sino que si me había
cogido a mi sobrina por sus dos hoyuelos. Al otro día ella se había ido a
su colegio como siempre, yo con sentimiento de culpa y de un probable
problema familiar, me fui a donde vivo. Más tarde me comuniqué con ella y
me dijo -tio que malito fuiste conmigo, me la metiste en mi culito!-,
-pero te gusto, dime la verdad!- le dije, solo se oyó del otro lado del
teléfono -la verdad, si!-. Ahora la decisión, coger o no coger de nuevo
con mi sobrina?
Borracho me cogi a mi sobrina
Posteado en Confesiones , Heterosexual , Infidelidades en por Esperanza
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