En 1973 yo apenas estaba terminando la escuela primaria. Estudiaba en
una escuela catolica muy conocida del barrio de Belgrano, por lo tanto
no la nombraré, ya que mi hija, tambien se educo en la misma escuela e
hizo su secundario alli mismo.
Tenia una compañera, con la que cruzamos casi toda la primaria y buena
parte de la secundaria hasta que sus padres decidieron irse a vivir a
San Isidro y casi no hemos vuelto a vernos desde entonces.
A los doce años, ya empezabamos a tener con nuestras madres las primeras
charlas con instructivos acerca de higiene para señoritas, por razones
obvias. Yo aun no habia tenido mi primer mestruación, pero mi amiga si.
Mi madre fue muy previsora y se adelanto a los hechos. Algo que luego se
lo agradeci mucho, porque la experiencia de mi amiga Melita, fue
traumatica. Le sucedió en un acto delante de todo el mundo. Y lo peor,
no supo lo que le sucedia.
Lo mio fue durmiendo la siesta y cuando vi la sangre, ya supe donde estaban los tampones y que debia hacer exactamente.
Al terminar nuestra primaria, ese verano. Mi madre invitó a la suya para
ir a pasar unos dias en una isla del Tigre que habiamos alquilado para
el mes de enero. Melita no tenia papá, porque estaban divorciados. Asi
que para antes de las navidades de ese año, mi hermano, melita, su
madre, mi madre, mi padre y yo partimos de vacaciones para pasarnos las
navidades y año nuevo en la legendaria isla del Tigre. Luego ellos
volverian a mediados de enero porque la mama de Melita debia volver al
trabajo.
Mas alla de lo que sucedio ese verano en el Tigre, fueron las vacaciones de verano mas hermosas que recuerdo.
En la isla, ademas de nosotros, vivian los dueños de la cabaña que
habiamos alquilado. Estos tenian frutales (ciruelas amarillas y rojas),
en un muelle techado al lado del muelle principal, guardaban una lancha
grande llena de ceretros cargados de ciruelas de ambas especies,
increiblemente dulces y sabrosas. Una tarde, en la que estabamos
explorando las cercanias buscando no se que cosas, nos topamos con el
isleño y nos invitó a que comieramos todas las ciruelas que quisieramos,
pero que no desperdiciemos yno estropeemos las que ya estaban
acomodadas en los canastos de la lancha.
Asi, que mientras nuestras madres y mi padre jugaban a las cartas
(supongo, al menos es lo que nosotras creiamos....jijiji), lo nuestro
era ir al muelle techado a comer ciruelas.
Esa tarde, estaba nublada y con aspecto que en cualquier momento habia
lluvia. Fuimos a la casa a tomar la merienda y luego le avisamos a mi
madre donde estariamos. Tambien la pusimos al corriente de nuestro
encuentro con el isleño y su veña para ir a degustar ciruelas al muelle.
Tengan cuidado y no se alejen. Si se larga a llover entren a la casa.
Fuimos al muelle techado y efectivamente empezo a llover de golpe y con
mucha fuerza. La casa no estaba a mas de veinte metros. Mi madre nos
pego el grito para que entremos y yo le pedi que nos dejara, que habia
techo y que no nos mojariamos, que estabamos "charlando y jugando".
Bueno, pero no tarden en venir.
¿Que sucede en esa edad, dos chicas solas en un lugar como ese¡?
Charlas exploradoras... Exploradoras de todo aquello que nos empieza a
suceder hormonalmente, entre otras cosas hablamos de chicos, de como se
hace el amor, de como una queda embarazada y tantas otras cosas que en
su mayoria "nos sonaban escuchadas", pero que a ciencia cierta no
habiamos terminado de descubrir.
Melita me cuenta que si ella se toca su cosa de determinada forma, le
viene un placer enorme y despues se le nubla la vista de tanto placer
que siente.
Yo aun nunca lo habia probado y le pedi que me mostrara como era eso.
Melita se corrio la bombacha y vi que ya enia, como yo, un poco de
pelusa pubica. Ella era morocha y su pubis era mas oscuro que el mio.
Por lo tanto se le notaba mas.
Se empezo a poner sus dedos sobre el clitoris y sobre la zona y empezo a
transformar su gesto, sus ojos se le entornaron y comenzó a jadear,
hasta que se fue quedando como acalambrada, y me asuste... Estaba
teniendo un orgasmo.. y me decia simultaneamente...
ves...ves...ves...uhhh uhhh... es hermoso...Hacetelo vos tambien.
Y yo para no ser menos y ver que realmente eso a ella le agradaba,
comencé tambien. Pero no me caia la ficha donde debia poner los dedos ni
con que presion hacerlo. Entonces ella al ver que yo era una torpe, se
ofreció para hacermelo a mi.
Asi fue que me enteré lo que luego tantas veces me saco de mas de un apuro...
Pero en definitiva no habia aprendido nada. Solo lo habia disfrutado,
por lo que cada vez que nos juntabamos yo le pedia que me lo hiciera.
Melita tenia una prima algo mayor que ella, creo que eran dos otres años.
Para año nuevo de ese verano, nos vino a visitar con su madre, que era
la hermana de la madre de Melita. Se llamaba Martha ( En realidad no,
pero No puedo decir su nombre, porque hoy es una politica con muchisima
exposicion mediatica). Martha, tendria por entonces unos 14 o 15 años,
tenia tetas ya crecidas. Una de esas tardes, la llevamos a nuestro
escondite para que coma ciruelas. Aceptó y se sento con nosotras en la
lancha a comer ciruelas y a charlar. Entonces Melita, dentro de su
ingenuidad e inocencia, le contó su descubrimiento onanista y ya que
está le dijo que yo no habia podido aprender y que si ella no me lo
hacia yo no podia obtener placer.
Martha se entro a cagar de risa. Y nunca me olvidaré de esa tarde.
- Ustedes se estan haciendo la paja y lo mas curioso es que estan teniendo sexo como si fueran lesbianas.
La pregunta del millon termina en otra expresion de ingenuidad.
¿Las que hacen esto se llaman lesbianas?
- No necesariamente. Si vos te lo haces a vos misma no, pero si otra
mujer te lo hace, puede ser que tambien te guste que te pasen la lengua o
que te chupen las tetitas y otras tantas cosas que entre las mujeres
podemos hacernos para tener placer.
- Entonces.. ¿Melita y yo somos lesbianas?
- No lo creo.
Salta Melita y se preocupa por avanzar en sus descubrimientos sexuales,
preguntandole a su prima si su "cosa" es igual a las nuestras.
- Supongo que si. Le responde prudentemente Martha.
Y yo salto con una mia..
-¿Te la podemos ver?
-Bueno.
Acto seguido, Martha, que estaba con una malla de baño enteriza, abre
las pierntas y se corre a un costado la malla para que podamos ver algo
parecido, pero con mucho mas bello.
Luego se empieza a tocar como lo hacia Melita y nos muestra como se hace una paja...
Al cabo de unos minutos empieza a cambiar el gesto de su cara, se
contiene, aprieta los labios y con voz temblorosa dice..."Estoy
acabando...¿Ven?
Sigue con esos gestos, mueve como con un estertor la cabeza hacia un
costado y pega un pequeño gritito.. Uhhh Y ahi se termina todo.
Lo curioso es que mientras Martha se lo hacia, Melita tambien... Y ella tardo unos segundos (creo), mas que Martha.
Le pedi a Melita que me lo hiciera como ayer. Y Martha, me dice...
¿Querés que te lo haga yo con la lengua?, es mas rico... ¿Queres probar?
No tarde ni un segundo en abrir las piernas y ofrecerle mi conchita a esta adolescente avezada.
- Acomoda la cabeza ahi...- Me señalo un canasto vacio dado vuelta.
Empezó a acariciarme los muslos en sus caras interiores. Me besaba
dulcemente el ombligo y fue bajando su mano hasta tocarme. levanta un
dedo y me dice..."Estas mojadita". Yo realmente estaba dentro de una
voragine de emociones que años despues las llamaria CALENTURA...jajja...
Fue pasando su lengua suavemente desde el ombligo hasta que llego al punto magico y ahi la empezo a hacer temblar.
Mis reflejos fueron tomarla de la cabeza y empezar a ver al Raton Mickey
corriendo entre los ciruelos... Pero lo curioso era que mis tetitas
aun siquiera estaban desarrolladas como las de Melita. Ni hablar de las
de Martha, pero notaba que mis pezones reaccionaban de algun modo a esa
excitación y entonces mis manos se dirigian a ellos. Martha me los
empezo a besar. Cuando yo habia tenido "dos o tres placeres". Martha
empezo con Melita y esta comenzó a jadear como lo habia hecho ayer.
Cuando salimos de ese "galpon nautico", eramos diferentes a cuando
habiamos entrado. Las tres nos mirabamos con otra mirada. La excitación
que teniamos nos pedia mas experiencias , mas accion de la misma.
Nuestros cuerpos habian aprendido otras sensaciones, nuestra
sensibilidad habia cambiado.
Esa fue nuestra primer vez.
Paso el tiempo y no teniamos interes en los chicos, sino que nos
buscabamos y nos rebuscabamos la forma de estar juntas teniendo sexo
entre nosotras. Era maravilloso, precioso....
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