Esta es un relato que me ocurrió hace mucho tiempo. Mi tia Paola
vive en una localidad al sur de la provincia de Buenos Aires. Y durante
años ella fue mi mas inalcanzable fantasía… Ella y yo siempre tuvimos
una relación estrecha y cariñosa, hasta que un día la cosa se puso
caliente. Esta es nuestra historia.
Solía ir a visitar a mis primos, a pesar de lo largo del viaje,
solo como una excusa. Recuerdo ver siempre a mi tia en fiestas
familiares, con esos vestidos de generoso escote, y esas caderas
sensuales que hacían las delicias y el deseo de mas de uno en cada
evento. Yo era el consentido de mi tia Paola, siempre me subía a
su regazo, me apoyaba la cabeza contra sus pechos y me acariciaba el
pelo con cariño. A partir de los 12 años, esa costumbre comenzó a
excitarme, a hacerme sentir deseos de lamer esa piel y probar ese
perfume que me volvía completamente loco… Y fue a esa corta edad que
comenzaron mis visitas, cada vez mas asiduas, solo para estar cerca de
esos sensacionales pechos y ese culo fantástico. Esta situación se dio
por años, desde mis 12 años hasta los 23 fantasee con mi tía y me
entregué a desenfrenadas masturbaciones imaginando todo lo que seria
capaz de hacerle de tenerla una noche para mi.
Recuerdo en especial una tarde de octubre, en la que me dio fiebre
estando de visita en su casa. Ella me dio los cuidados de rigor, una
píldora antifebril, reposo y paños húmedos en la frente.
Tenía yo 16 años y mi tío no estaba en casa. Mis primos dormían arriba y yo en el sofá de la sala en la planta baja.
Mi tía Paola pasó la noche atendiéndome, con ese cariño tan
especial con el que siempre me trataba. Yo miraba de reojo su camisón
semi-transparente, a través del cual se mecían un precioso par de tetas
con pezones de enormes aureolas oscuras. La erección que provocó ese
espectáculo debió durarme toda la noche.
Ella me cambiaba los paños y me daba besitos en la frente, mientras sus
pechos se bamboleaban ante mi cara…era una sensacional y muy caliente
situación.
En un momento mi tía, mientras me ponía un paño húmedo en la
frente y tomaba mi temperatura con un termómetro, apoyo al descuido su
mano cerca de mi muy erecto miembro. Creo que contuve la respiración
esos celestiales momentos en que duró aquella escena. Tía Paola debió darse cuenta de mi erección pues retiro su mano de inmediato y me sonrió un tanto nerviosa. Se levantó y me dijo
-te traeré algo fresco martu…debes hidratarte…
La ví irse con esa tanguita enterrada en su hermoso culito y casi acabo allí mismo.
Volvió con jugo de naranjas y para darme de beber, se sentó a mi lado y me ayudó a incorporarme abrazándome con dulzura.
-Bebe todo mi martu, ya la fiebre esta cediendo…- me decía mientras me acariciaba la cabeza.
Poco a poco bebí todo el vaso, Al terminarlo mi Tía me apoyó en su regazo y me pidió que tratara de dormir un poco.
Apoyado en esos pechos di rienda suelta a mis más oscuros deseos y la
imaginé teniendo sexo conmigo, pidiéndome mas, poseída de deseo,
chupando mi pija con voracidad…
Pero solo soñaba por la fiebre y al despertar mi tía dormía a mi lado, con su boca pegada a mi cara.
No resistí la tentación y la besé, lo cual la despertó inmediatamente, sobresaltada me miro y me dijo:
-Martu! Estas mucho mejor veo…!
-Perdón Tía – respondí -es que soñaba… -traté de justificar mi proceder.
-No hay problema Martu…estas en la edad de la revolución de las hormonas
y lo entiendo. Pero no lo digamos a nadie si? Será nuestro secretito.
Y sonriéndome me besó nuevamente y se fue a preparar el desayuno.
Pasaron años de aquel hecho y no volvimos a estar en otra situación
igual, pero nunca olvide ese beso. Y estaba seguro que ella tampoco.
Paola era una mujer tranquila, exuberante, simpática, a la que mi tío,
por su adicción al alcohol, no atendía como ella merecía. Paola tenía
un cuerpo de una mujer que pasó la barrera de los 50, celulitis, muslos
gordos, barriguita, arrugas, estrías, en fin, no era un cuerpo de
modelo, pero había algo en su actitud, en su perfume, en su voz, en su
mirada… Algo me perdía de calentura cuando pensaba en ella, cuando la
recordaba agachada lavando ropa en la pileta del patio, o haciendo
quehaceres domésticos, o bailando conmigo, tomados de la cintura.
Mis visitas se volvieron costumbre los fines de semana. Pasábamos tardes
tomando mates los dos sentaditos uno frente al otro en el patio trasero
de su casa, yo comiéndole los pechos con la mirada y saboreando su
saliva de la bombilla. Ella me retaba porque quería que yo llevara una
novia y se la presentara, me decía muy pícara:
- Sobrino cuando vas a venir con una chica? me imagino que a tus años tienes que andar rasguñando las paredes no?
Yo la miraba y le contestaba
- Y si tía...a veces ando re caliente...que se le va a hacer! Ja, ja, ja…
Ella sonreía y lo dejaba allí, hasta que un día, glorioso día, una tarde en la cual mi tío estaba de viaje y mis primos en
un campamento, ella me llamó por teléfono, y entonces la historia, por
fin, cambió. Ella me recibió con una remerita corta que dejaba ver su
pancita y su ombligo. Bajo la tela se adivinaban sus pezones duros,
asomando como si pidieran guerra. Tenia un short de jeans ajustado por
el cual escapaban partes de sus carnosas nalgas ...
- Tía estas para el infarto !!! -le dije mientras nos saludábamos
- Si no fueras mi tía...-exclame mirándola con picardía.
Ella se sonrojo y me dijo
- Hay Martín!!! Las cosas que decís che...si soy una vieja!!!...
Yo me hice el enojado y mientras ella terminaba de cerrar la puerta, la abracé y le dije
- Vos no sos ninguna vieja Paola, sos una hermosa mujer, no vuelvas a decir eso por que me enojare!
Ella sonrió y me abrazó con fuerza y me susurro al oído
- Te gustan las maduritas sobrino?
Recordé el beso que años atrás nos dimos. Mi pija se endureció
inmediatamente. Pero solo sonreí y le guiñé un ojo, luego le pregunté
- Que raro vos vestida así!!! Esperabas a alguien?
- A vos te esperaba Martu-me dijo sonriendo y tomando mi mano
Me sonrojé. La miré bastante nervioso.
- Vamos a tomar algo fresco-agrego y me llevo a la cocina.
Allí me contó del viaje del Tío y el campamento de mis 2 primos, y me confesó que tenía ganas de que yo fuera a visitarla para acompañarla esos días.
- En serio tenías ganas de verme?! Que bueno Paola! Yo también te extrañaba!- le dije entusiasmado
- Seguro la vamos a pasar muy bien… -dijo con voz sugerente
- Querés que vayamos de compras así tenemos provisiones para el fin de semana? - me preguntó.
- Si claro, te acompaño, pero dejame darme una ducha antes
- Okey, vaya y apúrese que me voy a cambiar este disfraz de gata!!! -exclamó a pura carcajada
Ella fue hacia el dormitorio, yo hacia la ducha, entré al baño, me saqué
toda la ropa y me di cuenta que no había toalla disponible, solo una
pequeña y bastante húmeda; me envolví como pude en ella de la cintura
para abajo y fui a pedirle una a mi tía.
Entré al dormitorio y la encontré en tanguita y con los pechos al aire,
ella se sobresaltó y se cubrió con las manos, sonrojándose levemente.
Era un cuerpo bien rellenito, como a mi me gustan, para tener de donde
agarrarse. Algunos pendejos se salían por la parte superior de su ropa
interior. Pensé en el matorral que escondería allí y me excité como un
poseso, mirándola absorto…
- Perdoname Paola...es que no había toalla seca y yo...-dije sin sacarle los ojos de encima.
- Hay Martín...pareciera que nunca viste a una mujer medio desnuda...me pones nerviosa!!!
-Y vos a mi ni te cuento -respondí y me mordí la lengua...
Pensé que me había propasado en mi comentario, pero Paola se acerco a mi y dándome
un beso en la mejilla me dijo:
- Martu decime la verdad...te gusto?
Nunca había logrado olvidar aquel beso, y allí estaba frente a mi, casi desnuda e insinuándose…
Mi vida entera paso como un flash delante de mí. Todos recuerdos
sexuales: mi primera erección, mi primer beso de lengüita, mi primera
paja, mi verga parada junto a mi tía en camisón, mi primera vez…
Fue un instante eterno. La miré a los ojitos con el fuego de mi sexo
ardiendo en cada poro de mi piel. Ella cubriéndose los pechos con un
brazo, estiró la otra mano y apretó la mía, que estaba húmeda.
-Toda la vida me has gustado Pao…nunca olvidé nuestro beso…
Respondí nervioso y excitado.
- Yo sabía!!! – suspiró ella, casi festejando lo que acababa de escuchar
No se si para ese entonces ella ya había notado la erección inocultable
que yo tenia, o si mis nervios la llevaron a deducir mis deseos, lo
único cierto es que no pude decirle mas, solo me limite a tomarla del
cuello con suavidad y besarla en la boca; que me recibió abierta, con su
lengua jugueteando con la mía afiebradamente y apretando su cuerpo
contra el mi sexo con fuerza. La toallita cayó al suelo y eela ya no se
cubría las tetas. El solcito en la tarde entraba por las rendijas de la
persiana e iluminaba su piel trigueña. Mis manos volaban por su cuerpo,
que se estremecía ante mis caricias, pronto visitaron su espalda, sus
nalgas, escalaron sus pechos y buscaron su ya húmeda conchita…estaba
mojadísima, no fue nada difícil meter un dedo y luego meter dos dedos a
su agujero, que los recibía como si fueran los últimos dedos sobre la
tierra. El pulgar de mi mano jugaba con su clítoris. Era un clítoris
grande y duro.... la verdad riquísimo. Era alucinante, ella me agarro de
la muñeca, dueña de la mano que jugaba en sus interiores y la movía
rápido para sentir mas placer.... Su otra mano, no menos juguetona, fue a
parar a mi verga a la cual empezó a masturbar.
Fue un beso maravilloso, y duro varios minutos, al cabo de los cuales ella comenzó a jadear y me pidió:
- Llevame a la cama y haceme tuya Martu
La levante en brazos sin separar sus labios de los míos, y lentamente caímos juntos en la cama.
- Hace tanto tiempo que fantaseo con esto… - me dijo entre lengüetazos.
- Yo hace años sueño con hacerte el amor Paola - le respondí mientras
apoyaba mi miembro, sobre su conchita, que todavía escondía su pequeña
tanga.
- Ay Martu…la tenés bastante grande y dura – murmuró mientras la tanteaba con sus manos a través de la tela.
Su elogio me hizo levantar la autoestima, ya que consideraba a mi
poronga algo estándar, bastante gruesa, pero no supera los 17
centímetros. Quizás mi tío portaba algo mucho mas pequeño, fue mi primer
pensamiento…
Rápidamente volví a la realidad, Pao me reclamaba;
- Damela Martín…La quiero toda!!!
Ella me acarició el pecho, me fue besando las tetillas, y me susurró
- Por fin esta Verga es mía!!! Hace rato que no tengo una como la gente!!! – protestó.
Me sonreí, no podía creer ver a mi tía en ese estado de calentura extrema, desesperada...
Y se la metió inmediatamente en la boca.
Ahhhhhh!!! fue sensacional, yo miraba mi miembro perderse en esa boquita
carnosa y me estremecía de placer, ella clavo sus ojos en los míos
mientras me felaba como una verdadera PUTA, y eso me enloquecía...Su
boquita se cerraba sobre el glande con suavidad, mientras retorcía la
lengua como una serpiente acorralada en su cubil. Siguió dándome unos
besitos en el glande, luego saco su lengua y empezó a mojarme y lamerme
toda la verga como sólo ella sabe hacerlo. Vi como reunía saliva en su
boca y la escupía en mi pija, una y otra vez, para terminar de metérsela
casi por entero y volver a
empezar a chuparlo como una experta.
Sus jadeos, su cabello desordenado, su culo en esa diminuta tanga (que
se notaba empapada) y su mirada me harían perder la razón. Debía darle a
mi tía Paola un poco de su propia medicina...
-Ah, si mi amor – le susurré - Yo también quiero chupartelaaaaa -le rogué.
Sin soltar mi pija se dio vuelta ofreciéndome la vulva en mi cara.
Prácticamente le arranque la tanguita en tres zarpazos, y disfrute la
vista solo unos pocos segundos antes de comerme la concha que mas había
deseado en mi vida. Hasta ese momento solamente estuve encamado con tres
boluditas que mucho no sabían. Un olvidable Pete ( así llamamos a la
mamada en argentina), y una vez un culo (casi bah, porque se la enterré y
me obligo a sacarla a los gritos), lo demás había sido siempre ponerla y
chau.
Pero mi tia Paola era una mina hecha y derecha, que sabia bastante, no porque mi tío la supiera satisfacer o coger muy bien, sino porque (como ella misma me contaría mas adelante) leía muchas historias eróticas y
(a escondidas) miraba películas pornográficas. Era mi primer 69, y fue
espectacular, le enterré la lengua entre los labios mayores y subí hacia
el clítoris, enseguida me recalenté al palo al sentir sus temblores y
alaridos cuando masajeaba con la punta de mi lengua ese botoncito. Su
conchita era divina; labios carnosos y muuuuy rosadita…
Utilicé los dedos de mi mano para abrirlo y empezar a chupar ese coño
maravilloso... de rato en rato cerraba la boca para apretar sus
labios.... mordia uno de ellos y lo estiraba... ella desfallecia y
gritaba como una loca.... le mordia el clítoris y me tomaba sus
jugos....
No podía creer que estuviera tan mojadita! seguramente por el hecho de
no haberse mojado en mucho tiempo.... Me terminó en la boca, era tanto
el jugo que parecia que estaba orinando.... era tanto que tuve que usar
una de mis manos para retener sus jugos.... con todo ese liquido
delicioso le embadurne su estomago... estaba Alucinando para ese
entonces
Acelere mis lamidas, lo cual la puso totalmente loca, gemía, jadeaba,
gritaba, se encorvaba, temblaba, estaba gozando de manera desenfrenada, y
en eso, yo, que con sus alaridos me perdía irremediablemente, sentí que
ya no podía mas retener esa leche que durante años espero por mi tía.
- Paolaaaaa voy a acabar- grité.
Ella me clavo las uñas en las nalgas y aceleró sus movimientos al mismo tiempo que gritaba:
- Ahhhhh....ahhhhhhh....yo...tambien...ahhhhhhhhh … Otra vez me voy! siiiii...dame
toda ...ahhhhh ....toda tu lechita....ahhhh
Y con un estremecimiento que nunca olvidare, mi poronga, endurecida y
fuera de control, lanzó largos chorros de caliente semen en su garganta
casi en simultáneo con su acabada, que hacia temblar su vagina en mi
boca. Ella se prendió de mis muslos, clavándome las uñas pintadas de
rojo pasión, atragantándose un poco por el semen en su garganta, pero
podía sentirla tragárselo con satisfacción. Lamí su culo que, casi
imperceptiblemente, se abría y cerraba en sintonía con sus violentos
espasmos. Ella gemía descontrolada. Yo sentía su lengua saborearme y
chupar con fuerza, mientras me decía:
- MMMMMM....siiiiiiiii...que rico!!!! ahhhhhhh
Yo la escuchaba y sentía que podía desmayarme ante tanto placer, mi
lengua se hundía en su culito cada vez mas, dilatándolo y ensalivándolo
con insistencia..
- Ayyy Martu!!! Me querés hacer el orto tambien?! - me gritó empujándome el culo en mi cara
- Mirá que es lo único virgen que me queda pendejo! – me retó jugando.
Y yo no supe si creerle o no…Siempre sospecho de esas “confesiones”, especialmente de minas tan arrolladoras en la cama como mi tia…
- Paola, a partir de ahora yo soy tu dueño, y vos sos mi dueña-contesté con la voz enronquecida...
- Siiii papito...haceme lo que quieras mi amor- me gritó lamiéndome los huevos y aun temblando.
- Me trague toda tu leche, ¿viste nene?, ¿Qué mas tengo que hacer para
demostrarte mi calentura con vos papi? – dijo muy socarrona, lamiéndose
los labios con satisfacción
Estábamos re-calientes y todo el tiempo que demoramos en concretar
nuestras fantasías estaba siendo recuperado con creces. La lechada que
añeje por tantos años recién asomaba a lo que seria el mas salvaje fin
de semana de nuestras vidas. Mi lengua no dejaba de perforar su culito
con ansias y ella me limpiaba la Pija con una dedicación alucinante,
nada que ver a aquel cariño de tía, ahora Paola era mi mujer,
y me lo hacía sentir a pleno. Mi miembro, que poco a poco perdía
rigidez, sentía mil cosquillas desde la punta del glande hasta la espina
dorsal, producto de su inquieta lengua. Tardamos un rato en recuperarla
del coma cuatro en el cual la dejó mi muy putona tía. Pero su
empeño dio frutos, ya que no se la sacó de la boca cuando estaba
dormidita y varios minutos después, mientras seguíamos ocupados en
chupar, lamer, succionar, salivar, y oler nuestros sexos, se estaba
endureciendo otra vez y entonces ella me propuso:
- Ahora quiero cabalgarte Martu!
- Si mi amor – le respondí con la boca pegada a su conchita – Cabalgame ya!
En tres segundos deshicimos el sabroso 69 y ella se montó encima de mi
miembro, de espaldas, hundiéndoselo todo de un violento empellón.
- Asiiiiii!!! – gritó con ese tono de voz tan sensualmente ronco de quien la esta pasando muy placenteramente.
Su espalda estaba totalmente sudada, y su culo lo tenia levantado hacia
mi.... Era una escena realmente caliente.... Una vieja totalmente
excitada y, además, virgen del culo, según ella...
Uno de mis dedos fue a investigar a su culo, debía constatar si sus
dichos eran reales o pura mentira. Empecé a moverlo en círculos para que
este creciera un poco, salivándolo abundantemente, una y otra vez, con
la paciencia de un artesano, hasta que vi que estaba totalmente
lubricado... Entonces lo introduje lentamente. Por Dios!!! Yo podía
sentir sus tabiques en mi dedo índice y sentía como lo apretaba mi
querida Tía. Era inusualmente estrecho y costaba trabajo mover el
dedo alli dentro, lo cual le causaba molestias, pero parecía gustarle
mas de lo que le molestaba. Sin sacar el dedo de allí comenzaba a pensar
que realmente esta mujer podía ser virgen del culo!!!... pude meter otro dedo mas en su culo mientras ella ponía cara de dolor y empujaba para que salieran...
- Me haces daño nene, saca tus dedos!!!! -me grito-.
Los saque rápidamente y pense : Tiene el culo súper estrecho! Ella
siguio chupando mi pija y tambien dirigio su hermosa lengua y su boca a
mis huevos... los succionaba y los mordia juguetona... a mi me dolia un
poco, pero estaba tan caliente que no me importaba.
Me puse detras de mi tía, la agarré de las caderas y levante su culo,
empecé a jugar en su culito y poco a poco pude introducir mi glande....
que experiencia!!! Ella gritaba de dolor, yo sabia que no estaba
disfrutando y, aunque no me gustó, tuve que sacar la cabeza de mi verga
de su culo. Pero, de un solo movimiento, se lo introduje en la conchita,
no se como pero así fue, acerté a la primera y la verga
entró como una espada en su vaina. Ella comenzó a mover sus caderas con
furia golpeándome con sus nalgas, agarré su pelo y tiré de su cabeza
hacia atrás para besarla mientras la garchaba furiosamente.
Cada tanto paraba y la sentía latir dentro de ella, hermosa sensación.
Pero ya no daba mas, me puse a bombearcon inusitado frenesí, a moverme
como un loco.
Ella jadeaba a viva voz, sus tetas bailaban al compás de mis embestidas.
Empujaba todo lo que podía, mis testículos se magullaban contra la
puerta del culo sin descanso. Me movia arriba y abajo, cuando estuve por
terminar saque mi verga dura y palpitante, surcada de venas azules a
punto de estallar, y se lo metí en el culo de un solo trancazo... ella
gritó de dolor.
-Ayyyyyyy!!!
Yo termine dentro de su culo, pude sentir como me vaciaba en ese cremoso agujerito y lo saque rápidamente.
Fue alucinante. Y acto seguido...
Desvirgue y termine dentro del culo de mi Tia Paola
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