Después de haber leído algunos relatos me surge el deseo de compartir con ustedes lo que he vivido.
Tengo
ahora 30 años pero me inicie sexualmente a los 19 años con mi novia
Sara ella una chica de 1.60 con un cuerpo espectacular debido a que
desde pequeña practico el deporte de manera constante y es esas fechas
asistía al gimnasio de la misma universidad.
Cuando la conocí me encanto ese trasero espectacular redondito y no tardamos en verificar que además era delicioso.
Después
de clases pasamos bastante tiempo juntos en el campus de la universidad
estacionábamos el auto en lugares solitarios poco concurridos, nos
besábamos y comenzamos a tocarnos poco a poco fuimos aprendiendo el
placer que podíamos darnos por deseo además nos queríamos. Yo aunque no
de formación estricta en cuanto a lo moral, en todo momento pensé en
respetarla por que había oído que era una manera de demostrar a la
pareja el amor que uno sentía por ella. Pero ella había tenido un novio
de mayor edad que le enseño todo lo que después viví.
En tantas
ocasiones en que estuvimos en el auto donde nos dimos tremendos
calentones ella me fue enseñando a besarla, a tocarla según su
preferencia ya que nos teníamos confianza. Me indicaba como prenderla al
máximo con besos y caricias.
Ese día que la pasaríamos en el auto
llevo un vestido largo que se desabotonaba totalmente por el frente,
cuestión que facilitaba toda maniobra.
Su piel era de seda, sin
olvidar su cabello que en ese entonces era lacio largo de un negro
azabache. Sus ojos color miel y esa sonrisa eterna…
Comenzó pidiendo
que tocara su sexo y como poco a poco ir introduciendo mis dedos entre
sus labios sin llegar a más y lubricarle el clítoris para llenarlo de
caricias, sin olvidar sus senos aunque pequeños cuando alcanzaba el
grado exacto eran dos volcanes con tremenda dureza. Mientras tanto ella
hacia su labor besándome como nunca, ella era quien dictaba el ritmo a
seguir, en lo que yo le ponía al mil el clítoris, después de ello venia
mi recompensa, ella diestramente sacaba mi pene y lo acariciaba con esas
manos que no olvidaré jamás cuando yo creía que mi miembro había
alcanzado el tamaño máximo, llego la sorpresa, ella lo tomó en su boca,
con ese magnifico manejo que ya mencione de la lengua y nada de
repulsión al acto, lo hizo crecer a más, pueden imaginar el placer de
que alguien a quien quieres te haga algo de lo que tu más deseas a esa
edad.
Me llevo al cielo pues sentí esa cavidad húmeda que poco a poco
fui llenando con mi ser, ella besaba todo y con una habilidad casi
mágica me hacia desaparecer en sus adentros, sentía yo como pasaba por
su campanilla y seguía de largo todo esto en una combinación de ternura y
maestria. Mientras tanto yo sujetaba sus cabellos entre mis manos y los
separaba de su frente, ella abria los ojos, de los cuales emanaba un
brillo especial, en el ambiente dominaba el aroma de nuestros sexos.
De
pronto sentí como un ola de calor se apodero de mi desde mis pies hasta
el ultimo cabello y de mi salía mi semen el cual ella guardo y no
permitió que saliera nada, sentí como volaba y me transportaba a la
eternidad, después de aquello, sin saber que tiempo paso, volví en mi y
observe como se estremecía y su sexo emanaba sus jugos y sin dejarme
salir de su boca, nos quedamos inmóviles, escuchando el palpitar de
nuestros corazones y el viento a través de los árboles.
Debo decir que fue el principio ya que mi mente guarda aun más, que después les platicaré…
Mi novia Sara me puso el papo en la cara
Posteado en 69 , Confesiones , Heterosexual , Jovencitas , Sexo Irracial , Sexo Oral , Suegras en por Esperanza
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