Hola, mi nombre es Danitza, tengo 37 años, mido 1.70m, peso 70 kilos, rubia, soy blanca y mis medidas son 94-65-102. Soy divorciada, sin hijos, ya que me casé muy joven a los 18 años y la verdad es que descubrí que los hombres una vez que tienen el anillo puesto, sufren una metamorfosis realmente lamentable. Por ello, mi matrimonio fue muy breve, apenas duró un año y divorciándome a los dos, por mandato legal. Es decir, descubrí que el matrimonio es puro cuento. Vivo sola en un departamento de un solo dormitorio y trabajo en una agencia de viajes lo que me permite cierta comodidad sin llegar a vivir lujosamente.
En las mañanas antes de ir al trabajo, asisto a un gimnasio a ejercitar mi cuerpo al que, con esfuerzo y dedicación, he logrado que resista los embates de la naturaleza y no aparento mi edad sino parezco una persona menor de treinta años. Me gusta vestir en el trabajo minifaldas super ajustadas y en casa jeans pegaditos, shorts hasta la rodilla apretados y polos pegaditos que muestren la división entre mis pechos que son grandes y están muy bien formados. Por culpa de mi fracaso matrimonial viví experiencias sexuales furtivas pero no conseguí sino decepcionarme más de los hombres, llegando a una conclusión que ya es universal: todos los hombres son iguales.