Hace unos meses, me mudé con mi novio, con la excusa de dividir gastos y
poder estar más tiempo juntos, además de poder tener sexo a todas
horas. Hace un par de semanas fue la primera vez que tuve sexo anal con
él. Así que les contaré.
Estaba en casa, y me sentía algo cachonda, así que como pronto llegaría
Rodrigo, me puse en internet a ver porno para poder fantasear con lo que
me haría llegando. Para ponerlo también de humor, le enviaba mensajes
diciéndole cómo me sentía, lo que estaba viendo y haciendo, pero no hubo
respuesta de su parte. Me extrañó bastante porque normalmente me
contestaría, así que asumí que estaría ocupado.
Para recibirlo bien, me puse una bata de encaje que me gusta mucho
porque es transparente y púrpura. Era como las 11 de la noche, así que
me masturbé en la cama mientras veía videos de hombres siendo exprimidos
por mujeres con tetas enormes. Tuve 2 orgasmos riquísimos, y no sé me
bajaba la calentura, seguía tocándome hasta que escuché las llaves en la
puerta y salí corriendo a recibir a Rodrigo. Mientras avanzaba, me
abalancé sobre él, pero me apartó.
- Espera, Miriam, hoy tengo mucho trabajo que hacer - dijo mientras se quitaba el saco que traía.
- Pero llevo rato esperándote, amor - volví a intentar abrazarlo pero me apartó.
- Sí, pero tengo trabajo - repitió con un tono de enfado.
Movió sus cosas al escritorio que esta a un lado de la sala, y se puso a
trabajar, dejándome parada tras él. Regresé al cuarto algo molesta, y
luego regresé con la excusa de darle un masaje.
- Amor, deberías dejar que te dé un masaje - dije al tiempo que ponía mis manos sobre sus hombros y le masajeaba.
- Miriam, dije que no, hoy no - contestó sin quitar la vista de la pantalla - Ve a dormir, en un rato te alcanzo -
- No quiero, déjame darte un masaje ¿Si? - le susurré al oído.
- ¡Joder, dije que no! - apartó mis manos de sus hombros bruscamente.
Me fui a indignada directo a nuestra recamara, y me acosté a dormir, me
estaba masturbando esperando mi orgasmo envuelta en las sábanas, cuando
escucho que se abre la puerta. Me quede quieta, él prendió la luz y se
desvistió. Lo supe por el ruido del cinturón. Hizo un poco de ruido más y
ví que se metió a la cama, se acercó a mi y me susurró.
- Con qué andas muy caliente…- sentía su aliento en mi oreja -...Ahorita te lo voy a quitar para que me dejes trabajar… -
Me empezó a manosear las tetas buscando mis pezones, cosa que rápido le impedí.
- Vete al demonio, ahora ya no quiero - contesté enfadada.
- ¿Cómo qué no quieres? ¿Eh? Vamos a ver si eso es cierto - metió su
mano entre mis nalgas y con un dedo hurgó en mi vagina. intenté
detenerlo pero me fue imposible - Pequeña pero si estás inundada aquí,
¿No me digas que te estabas cogiendo con tus deditos? -
- ¡Déjame en paz! - me aparté lo más que pude.
Me haló del cabello bruscamente sosteniéndome a lo cual me espanté y di un pequeño grito de dolor .
- Ahora vamos a coger, cariño, quieras o no, porque eso andabas buscando
desde la tarde ¿No es así? - tomó mi mano y la posó sobre su verga. -
Empieza jalarmela -
Algo espantada, se la empecé a jalar, estaba irreconocible, éste
Rodrigo, no era dulce ni cariñoso, y además me estaba forzando a tener
sexo, y eso me estaba excitando aún más.
- Así amor - me decía mientras me pellizcaba uno de mis pezones y me
proporcionaba chupetes en el cuello con furia - sigue así -
- Me estás lastimando Rodrigo - alcancé a decir mientras lo intentaba apartar de mi.
- Tranquila, pequeña, disfrútalo -
Se la deje de jalar, porque me volteó de manera que quedará mi culo muy
cerca de su verga, me alzó la pierna y se empezó a masturbar con mis
nalgas y luego a pasarme su verga por mi concha, mientras jugaba con mi
clítoris con sus dedos. Yo solo alcanzaba a gemir, estaba excitada, y él
lo sabía. después de un rato, me la dejó ir de un solo, sin avisarme.
- ¡Ay! despacio, me lastimas - le exigí
- ¡Cállate y disfruta! -
Me asombré, nunca me había gritado, pero no le di importancia, a pesar
de la brusquedad lo estaba disfrutando, se quedó quieto, dentro de mi. -
me gusta como me aprietas - Empezó a entrar y salir con desenfreno.
Me jalaba una teta, y yo misma me pellizcaba la otra. me gustaba como me
cogía sentía que me desmayaba, pronto posó su mano en mi cadera, y se
enterró muy dentro de mi, pensé que se vendría, pero no, siguio
penetrandome duro, no me costó llegar al orgasmo, y empecé a
contorsionarse del gusto.
- ¿Te gusta pequeña? - lamió mi mejilla cerca de mi boca.
No podía contestar, solo gemía, solo asentí con un "mmm-hmm". después de
mi orgasmo, me obligó a cabalgarlo dándole la espalda, agarrandome
fuerte del brazo.
- Vamos, cabalgame, muéstrame ese culo -
No me tuvo que repetir dos veces, me monté sobre él y me puse a
disfrutar cuando sentí que puso un dedo en mi ano e intentó meterlo,
pero seguí con lo mío. así estuve poco tiempo hasta que cambió de idea.
- Déjame chuparte tu conchita, ven ponmela en la cara -
Me levanté y me puse en cuclillas para ponerle concha en la cara, me
lamió todita, y con mis mismos jugos me escurría hasta mi ojete, el cual
masajeaba. Yo encantada, me estaba gustando, nunca lo había hecho.
Senti que metio un dedo y éste entró con facilidad, luego siguió masajeando y metió dos. eso me causó incomodidad.
- ¿Qué haces? - pregunté.
No recibí respuestas, me intenté levantar pero me tenía agarrada de las
piernas me estaba succionando el clítoris, me rendí, acomodé mis
piernas para no cansarme y disfrutaba. Paró antes de que llegara al
orgasmo.
- Acuéstate boca abajo,y levanta el culo, lo que sigue te va encantar -
me dijo al momento que se apartaba de mi conchita y se sentaba.
Me acoste a lado de él.
- Abre las piernas - me dio dos nalgadas fuertes
Las abrí y se posó encima de mi para penetrarme, me la metio una vez
más en mi cuevita mientras intentaba abrir más mis piernas.
- Ay que rico amor - dije mientras hundía mi cara en la almohada.
paró, sacó su verga,y separó mis nalgas, ahí supe cual era su intención.
- ¡No, no, no! por ahí no - me volteé espantada.
- ¡Cállate! - me dio una nalgada y puso una mano en mi espalda.
Estaba en la entrada de mi ano, y empujaba, me estaba empezando a doler.
- ¡No por favor! ¡Rodrigo! ¡Me duele! - quería zafarme pero no podía.
Me la dejo ir en una sola embestida después de protestar. Empecé a
quejarme, y a decirle que me dejara que me estaba lastimando. Estaba
como poseído.
- Quédate quieta, sino te va a doler más -
Empecé a llorar, pero me quede quieta, entonces empezó a embestirme de manera suave.
- Ahorita te va a gustar, tranquila amorcito - dijo mientras me la enterraba más.
Sabía que no lo iba a parar, así que metí mi mano por debajo de mi y me
empecé a tocar mi botoncito, después de un buen rato, me empezó a gustar
porque era un dolor mezclado con placer indescriptible.
- ¡Dame más amor! ¡Cógeme bien el culo! - le grité mientras gemía de placer que me estaba causando.
Estaba exhausta, pero él no, me seguía dando con todo. Después de un
tiempo empecé a sentir que su verga palpitaba, y supe que se iba a
venir, hizo unos sonidos roncos y cayó sobre mi. Me había inundado de
lechita el culo.
- Espero quedes satisfecha- se levantó fue al baño, y se fue a seguir con su trabajo.
Yo me quedé ahí tirada con mi culo roto y bien satisfecha.
Tirada con mi culo roto y bien satisfecha
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