Como todos los Domingos por la tarde, me dirigía a casa de mi novia para salir juntos a dar una vuelta.
Entre con el coche en su calle y me pare en la esquina de arriba. Había
una vecina de ella en la acera de enfrente, pero no le preste atención.
Mi novia se asomo por la ventana y me dijo que y a bajaba. Al
rato, la vecina cruzo la calle para ir a su casa, llevaba una camisa
violeta apretada y unos pantalones a juego que realzaban su mas que
atractiva figura. Antes nunca me había fijado en ella, pero desde ese
día, no hago otra cosa. Sus pechos eran tan redondos y firmes, que no
pude dejar de mirarlos por un momento.
Él frió mantenía erizados
sus pezones, lo que me excitaba todavía más. La blusa era un poco
transparente, y dejaba ver esa zona mas oscura de sus pechos con poca
dificultad, aumentando mi excitación.
Sus 18 años me parecieron
suficientes, y comencé a mirar Cada vez estaba más nervioso, en parte
por su mirada y por saber que mi novia bajaría de un momento a otro.
Pero que niña, que pechos, que labios, que pedazo de culo,. En ese
momento se abrió la puerta del edificio y salió mi novia, por lo que
tuvimos que apartar nuestra mirada.
Ella, sin embargo, se dio la
vuelta y comenzó a cuchichear con su amiga, que acababa de llegar. Se
echaron a reír y mi novia les dirigió una mirada un tanto asesina. Al
entrar en el coche, me dijo: esa niña es un pedazo de puta La verdad es
que si, cariño, le dije yo. Cerro la puerta, y al irnos, nos dirigimos
una ultima mirada, muy fugaz, pero que significaba muchísimo. Pasaron un
par de días, y como siempre, fui a buscar a mi novia salimos al cine y
de regreso la deje en su casa.
Ya me iba de ahí cuando desidi mirar
hacia el balcón de aquella chica. Creo que se hizo la despistada y no
me miro, pero se dio la vuelta y se quito la blusa, como si no supiera
que yo la estaba mirando. Me dejo ver el sujetador que llevaba, de color
negro, de encaje. Precioso. Luego se dio la vuelta y me dirigió una
mirada muy rápida, para luego cerrar la cortina.
Toda la noche
estuve pensando en ella, el día siguiente también, pero al otro me volví
a pasar por allí y al pasar por su balcón, la vi asomada. La mire y me
saludo con una pedazo de sonrisa que me enamoro, en serio. Los días
pasaron y llego de nuevo el Fin de Semana.
Tener que ir a buscar a
mi novia se convirtió entonces en algo diferente. Salimos, la deje en su
casa y me fui. Cogí el ascensor para bajar a la calle, y pulse el
botón. Cuándo llegue abajo, la puerta se abrió y allí estaba, con la
blusa mas apretada que se puedan imaginar, y sin sujetador. !!! Me
supongo que iba a casa de alguna amiga, pero que en realidad ella sabia
que yo estaba allí, y que la iba a mirar. Al principio me resistí y no
le mire los pechos, pero ella se movió un poco y no pude resistir. Si
vieran, como me estaba poniendo la niña. Si ella no hubiera estado allí
de verdad, y hubiera sido una fotografía, no dudaría en masturbarme
delante de ella. Pero allí estaba, era de verdad. Me dijo hola con una
sonrisa un poco picara, como tratando de decirme algo. No hacia falta
decir nada.
Ella sabia que a mí me ponía caliente, y que no hacia
falta mucho tiempo para que se me pusiera dura como una piedra, como
hacia tiempo que no se me ponía. Se acerco a mí y me rozo la nariz. Toco
él numero 8 para subir y me pude fijar en su escote. Su canalillo
parecía empapado en sudor, y me dieron unas ganas inmensas de meter la
mano por él, pero ella sabia que no iba a hacerlo. Aspire el aire por la
nariz y el olor que me llegaba no sabría como describirlo, pero me puso
mas caliente todavía. Se echo hacia atrás y me pude fijar en que
llevaba una minifalda blanca, elástica.
Le quedaba un poco suelta,
lo cual me extraño mucho, porque siempre se había puesto cosas apretada s
que realzaran su figura, pero esa falda lo que hacia era ocultarlas. El
ascensor se puso en marcha, y como es lógico, paso lo que me temía.
Pulso el botón de parada entre el piso 3 y 4, justo el de mi novia. Le
pregunte porque lo había hecho, pero no me respondió. Soltó la bolsa que
llevaba, se levanto la blusa y me beso. Sus pechos estaban muy
calientes, casi me quemaban, y sus pezones estaban erizados y de color
rojizo. Mi mano se acerco poco a poco hacia ellos y los pellizco con
sumo cuidado al principio, y con pasión después. Mis dedos no podían
abarcar tanta maravilla, y es que la niña estaba muy desarrollada.
Rodee su cintura con mis brazos y la apreté contra mí, para que notase
que yo también necesitaba algo de ella. Ella lo entendió y dejo caer sus
brazos hasta mi cintura, desabrocho los cuatro botones de mis
pantalones e introdujo la mano lentamente. No tardo en llegar, porque yo
estaba demasiado excitado, y al primer contacto de su fría mano, la
piel se me puso de gallina. Abrió los dedos y rodeo con suavidad mi
sexo.
Deje escapar un gemido apenas perceptible, pero debió de oír.
Al principio no lo entendí, pero cuando comenzó a bajar su cabeza y
dejar de besarme, supe que iba a disfrutar de verdad. Note su lengua
recorriendo mi glande, dejando su caliente saliva por donde pasaba,
jugando con mi sexo, pero pasado un rato, la introdujo en su boca. Me
hizo gozar durante bastante rato, y desee que nunca acabara, pero las
ganas de correrme eran demasiado fuertes, así que la aparte de mí y
volví a besarla. Ella apretó su cadera contra mi sexo y comenzó a
moverse de un lado a otro. La bese en el cuello, pase mi lengua por su
escote, chupe sus pezones, y comenzó a gemir de placer.
Ella
también quería correrse, pero no de esa forma, y yo lo sabia. Fui
desplazando mi mano por su cintura, pase por el ombligo y separe un poco
la cinta de la falda. Palpe sus bragas y note que estaban muy mojadas,
la niña estaba muy caliente.
Con dos dedos me acerque a la parte
más húmeda de las bragas y comencé a masturbarla. No estuve mucho tiempo
cuando desesperadamente se aparto de mí y se bajo las bragas. La cogí
por la cintura y la puse de espaldas a mí. Con una mano le tocaba los
pechos y con la otra, estimulaba su clítoris, lo que la llenaba de
placer, y ahora si que estaba gimiendo. Su culo se rozaba contra mí y me
ponía muy cachando, solo pensaba en correrme.
Cuando ya comenzó a
temblar, supe que ya era mía. Me baje los pantalones, le levante la
falda, y la puse casi de cuatro patas, porque el ascensor no era muy
grande, que digamos.
Introduje mi dedo por su abertura y la
estimule de nuevo, pero lo que en realidad estaba haciendo era
prepararla. Saque el dedo y la penetre con violencia, lo que provoco que
ella soltara un pequeño grito de dolor pero de placer a la vez.
Aaahhhhhhhh, que ganas tenia de correrme, pero sabia que no podría
hacerlo, así que me dispuse a sacar mi sexo.
Pero ella me agarro
por la cintura y me permitió hacerlo dentro de su cuerpo, porque quería
notar ese flujo caliente en su interior.
Una vez terminado, y tras
un leve suspiro, se vistió y me dijo: quiero volver a repetirlo. Pulso
de nuevo el boton de parada y el asensor se puso en marcha se bajo y me
dio un beso en la mejilla y me dijo que luego me buscaba pero me entere
que se fue a vivir a provincia y no saben que ganas tengo de encontrar
otra niña igual que ella y me refiero a lo caliente no me importa el
fisico sino mas bien lo erótico que lo hacia Bueno invito a todas la
mujeres que quieran darme su opinión que me escriban a mi e mail yo vivo
en México DF, tengo 23 años mido 1.70, trabajo en seguridad privada, y
muy fogoso me gustan mucho las aventuras en lugares publicos como el
metro, el cine, en la calle, etc.
Le llene la vagina de leche
Posteado en Confesiones , Heterosexual , Infidelidades , Jovencitas , Sexo Irracial , Sexo Oral en por Esperanza
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