Mis amigas y yo nos hicimos el amor

Hola, me llamo Ania y me gustaría compartir mi primera
experiencia lésbica con vosotras/os.
Tengo novio desde hace 2 años, los dos tenemos un carácter
muy fuerte y esto se aplica en todas las ramas de la relación, así como a la
hora de follar o hacer el amor. Disfruto con él en la cama, pero no tanto como
me gustaría.
Siempre había deseado acostarme con alguna mujer, con alguna
amiga... aunque nunca se lo he confesado a nadie. Muchas de las veces que me
acuesto con mi novio imagino que una chica esta con nosotros. Cuando me masturbo
sueño con lamer el coño de alguna amiga, morderle los pezones, acariciarla...
Pronto se cumplió mi sueño.


Hace unos días mi mejor amiga, Ana, me invito a pasar una
noche en su villa (en la playa) ya que estaba sola y podríamos hablar
tranquilamente sin molestia alguna. Ella es espectacular: morena con una melena
larga, ojos verdes enormes, un vientre liso, piernas perfectas y una talla 100
de sujetador (hace solo un mes que se hizo una operación para aumentarse los
pechos). Yo tampoco estoy nada mal, para que mentir: soy rubia con melena
también larga y ojos verdes, delgada, alta, buen cuerpo y unos pechos de talla
95 bien puestos.

Esa noche Ana y yo salimos por las discotecas de la playa con
unos amigos y al volver a su villa quisimos ducharnos para acostarnos más a
gusto. Íbamos a dormir en la misma habitación, en una cama de matrimonio (como
cuando éramos pequeñas). Nos tumbamos solo con unas toallas y empezamos ha
hablar. Ana llevaba unos meses sin acostarse con nadie y me contaba en broma que
estaba muy salida, que cuando veía a cualquier tío era un grifo abierto. Le
contesté que siempre le quedaba la masturbación y nos empezamos a reír.
Enlazando el tema, me hablo de sus pechos nuevos y me los enseñó para que
comprobara su firmeza. Los toqué y me encendí completamente. Pasé su mano por
uno de sus pechos, lo apreté suavemente y pase el dedo por el pezón. Aparté la
mano y le pregunté si alguna vez había pensado en hacerlo con alguna mujer. Me
dijo: - Bueno... Y se rió. Yo no aguantaba más al verla, así que
inconscientemente me toqué el coño por encima de la toalla mientras hablábamos.
Cuando me di cuenta ella estaba frotándose los pechos. Iba a explotar... Me
moría de ganas de tocarla. Siguiendo con la conversación, me atreví y le
pregunté si conocía diferentes formas de masturbarse. Me dijo que sí y me lo
mostró... Se apartó la toalla y empezó a acariciarse el clítoris. Le pregunté: -
¿Quieres que te ayude?; entonces me respondió: - Por supuesto.

Tenía el coño bien depiladito, igual que yo. Le cogí las
tetas y empecé a lamer esos pezones que tan loca me traían. Ella se movía
lentamente frotándome su coño contra mi cuerpo, cada vez más rápido. Baje hacia
sus caderas, la sujete y lamí toda esa miel que me brindaba. Noté su clítoris
bien grueso y me detuve un rato jugando con él con mi lengua. Ella gemía de
placer y me cogía la cabeza para que siguiera. Le metía mi lengua por su
agujero, seguía jugando con su clítoris, le pasaba la lengua por toodo el
coño... Yo estaba demasiado mojada. Me levanté encima de ella y le puse mi sexo
en su cara. Empezó a lamer como una puta pero en algún momento me levantaba y me
metía tres dedos por el coño, se los ponía en los labios y ella me los chupaba
enteritos. Continuó lamiéndome el coño; yo le gritaba: - ¡Chupa zorra! Sigué
así. Y a ella le encantaba. Era puro sexo duro. Nunca había pensado poder llegar
a algo así con ella. Me corrí en su cara y ella seguía lamiendo todo el líquido
que le regalaba.

Luego sacó de un cajón de al lado dos vibradores enormes. Me
dio uno y se me ocurrió ponerla a cuatro patas. Le metí un dedito por el culo.
Parecía que le gustaba y le metí otro moviéndolos despacito. Le metí luego uno
de los vibradores y empezó a decirme: - ¡Mmm...! Me gusta.. ¡No pares puta!.
Movía el culo como una perra. Le metí a la vez el otro vibrador por el coño y
llegó al éxtasis. Grito de placer hasta que saqué los dos vibradores.
Yo seguía muy excitada, soy insaciable. Ella me tumbó y me
empezó a comer las tetas... Me pasaba la lengua por los pezones haciendo
círculos, los mordía, los movía, me apretaba bien los pechos... Bajó y me lamió
el coño como yo le había hecho antes mientras me metía dedos por coño. Luego me
levanto más y me lamió un poco el culo... algo que nunca pensaba que me gustaría
tanto. Cogió un vibrador y me lo metió sin piedad por el culo. Grité... pero de
placer. Lo movía muy rápido y justo cuando estaba al límite lo sacó. Me besó
bruscamente y siguió lamiéndome el coño mientras a la vez me metía otro vibrador
por el coño. Yo me movía muy fuerte, me tocaba los pechos y gemía como una puta
que me sentía (y me encantaba). Justo cuando sentía que me iba a correr de nuevo
la aparte y la puse en posición de 69, de manera que mientras ella seguía
metiéndome el vibrador y chupándome el coño, yo podía lamerle a ella todo su
coñito a la vez. Disfruté como una cerda comiéndomelo y metiéndole todos los
dedos que pude. Mis pezones eran piedras en ese momento. No pudimos más y nos
corrimos a la vez... Le lamí todo el agujero para tragarme toda la miel que le
caía.

Nos incorporamos, nos besamos y dormimos sin mediar palabra.

A pesar de ser mi mejor amiga, no hemos mencionado ni
siquiera sutilmente lo ocurrido. Eso no descarta un segundo encuentro similar...

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