El fin de semana pasado, aprovechando la veda por las elecciones, nos juntamos con un matrimonio amigo al que ultimamente por razones laborales casi no vemos. Ellos son abiertamente swingers, a diferencia nuestra que somos curiosos y esporádicamente practicamos intercambio o trios. De todos modos, ambos somos gente adulta y de mente abierta.
A ultimo momento me llamó Jorge, el marido de Bettina, otra pareja amiga a la que, si bien apreciamos mucho, no le contamos de nuestros juegos porque son bastante moralistas y nos da cosa sentirnos juzgados. Jorge estaba muy mal, se habia peleado con Bettina y ella se habia ido a la casa de su mamá. El flaco estaba solo y hecho un trapo, asi que le dije que se venga al asado. Confieso que me costó invitarlo, ya que era una juntada de dos parejas abiertas y tenia la expectativa de que pudiera pasar "algo", ya que con ellos nunca habiamos jugado directamente (si en fiestas pero solo roce y jugueteo, nunca un intercambio directo). De todos modos primó mi sentido de la amistad por sobre la calentura. Y como Jorge era muy amigo también de la otra pareja, consideramos que no había drama.