Yo la había visto varias veces y me había convencido
que la tal Mari era un poco putita, porque de acuerdo a lo conversado
con mi hija, a su amiga le encantaba hacerle los cueros al marido;
entonces en ese momento me encontré en una disyuntiva; por un lado
intentaba hablar con Susana para lograr cogérmela, lo que era una tarea
bastante difícil, pero por otro lado estaba Mari que me podía sacar la
calentura del momento y no con mucho trabajo; lo mismo estuve hablando
un rato con las dos, tratando de hacerme el simpático tanto con una como
con otra; Mari estuvo charlando un rato y luego de las felicidades por
la inauguración del local, dijo que se iba; le pregunté si había venido
con el coche y me dijo que si, entonces le pregunté si me alcanzaba; me
dijo que con mucho gusto y me preguntó pata donde iba yo, a lo que le
contesté:
• Voy para donde vos vayas, porque me encanta tu compañía
• Y tenés tiempo para perder
• Te aseguro que no a ser tiempo perdido, sino
ganado a la felicidad, me encantaría que me llevaras a algún lugar donde
podamos estar los dos solos un buen rato
• Sos un viejito caradura, pero te voy a demostrar que soy capaz de hacerte pasar una tarde gloriosa
• De eso no tengo ninguna duda preciosa, pero yo
tambien te voy a demostrar que se portarme bien con una belleza como vos
y dejarla satisfecha
• Bueno, basta de tantas palabras y a los hechos
• Listo, soy tu compañía inseparable
Diciendo esto, fuimos hasta el coche donde
primero abrió mi puerta y me hizo acomodar; una vez yo acomodado ella
fue por su lado a subir al coche y me dio un espectáculo hermoso debido a
la minifalda que llevaba, lo que hizo que mi pija ya empezara a
reaccionar.- Me preguntó si yo tenía algún lugar preferido y le contesté
que para estar solos cualquier lugar me parecía bien; entonces ella me
dijo que me iba a llevar a un hotel que ella solía frecuentar muchas
veces con sus amigos, dejándome entender que le encantaba hacerle los
cueros al marido; tomó la dirección que ella conocía y yo disfrutaba de
ver sus piernas hermosas coronadas por un par de medias de color difuso
lo que las hacía mas lindas todavía; me puse a mirarla con atención y
entonces me di cuenta que Mari tenía un hermoso par de tetas que lucían
muy bien con la blusa que tenía puesta; tambien su culo se destacaba
contra el asiento del chofer que ella tan cómodamente ocupaba.- Me
arrime a ella y empecé a besarla en el cuello; ella enseguida se
estremeció y me dijo que me detuviera porque de esa forma no podía
seguir manejando dado que empezaba a calentarse ella tambien.- Me quedé
tranquilo y al poco rato llegamos a un hermoso hotel que estaba sobre el
camino de cintura Entró el coche y estacionó, entonces fui yo el que
hizo los trámites para pedir una pieza logrando la mejor disponible en
ese momento; fuimos a la pieza fuertemente abrazados y ella parecía muy
dichosa.-
Mientras la llevaba abrazada la iba
inspeccionado, es una linda petisa con unas buenas tetas la que yo
miraba desde arriba por su escote al llevarla abrazada, y su culo
sobresalía de la minifalda que le ajustaba esa parte llamando mucho la
atención; entramos a la pieza y la puse adelante mío haciéndole sentir
mi pija que ya estaba tomando un tamaño considerable en su culo; ella lo
movía a propósito logrando que mi pija agarrara toda su dureza y
tamaño; así como estábamos me agarré de sus tetas apretándoselas
fuertemente, lo que ella aprobó con un gran gemido de satisfacción.- Le
saqué la blusa y tras de ella el corpiño, quedando la hermosa petisa con
las tetas al aire que chupé con mucha ansia un rato largo hasta que
ella me pidió que parara; entonces paré y Mari me dijo que ahora le
tocaba chupar a ella; se desnudó completamente mostrando una concha
completamente depilada y me dijo que me iba a demostrar que como yo le
había chupado las tetas, ella tambien sabía chupar para lo cual me hizo
bajar los pantalones y los calzoncillos y previo a decirme que tenía una
muy buena pija, la empezó a acariciar y enseguida me la empezó a
chupar, haciéndome una de las mejores mamadas de mi vida; cuando me dí
cuenta que ya estaba por acabar se lo dije a Mari pero ésta siguió
chupando hasta sentir su boca llena de mi leche; sacó su lengua para
mostrarla llena de leche y después hizo unos movimientos de garganta y
entonces volvió a mostrar su lengua ya perfectamente limpia, demostrando
que le había gustado tragarse toda mi leche.-
Después de eso, paramos un momento para lograr mi
recuperación, yo le metía manos por todos lados y de repente ella me
preguntó si me gustaría chuparle la concha, que ese era el mejor método
para lograr un orgasmo de parte de ella.- Enseguida la hice acostar, le
abrí bien las piernas y me puse a chupar esa concha que estaba muy bien
cuidada y tambien bien perfumada, lo que convertía la chupada en un
placer; la verdad que me esmeré en atenderla con mi lengua y enseguida
ella lanzó un grito y tuvo su primer orgasmo de la tarde, después de lo
cual me dijo que se alegraba de ser amiga de mi hija, pues el padre la
estaba tratando tan bien.-
Y llegó el momento de mi segundo polvo; le pedí
que me ponga un forro, ella sacó uno de los que traía en su cartera, se
lo puso en la boca y enseguida mi pija estaba bien protegida por el
forro; ella me pidió que la cogiera; se acostó y yo agarré sus piernas y
las puse sobre mis hombros: de esa forma su concha quedaba justo a la
altura de mi pija: se la puse en la puerta y ella sola con sus
movimientos logró que mi pija entrara hasta lo más hondo de su concha,
produciendo un estremecimiento completo tanto de ella como yo del placer
mutuo que estábamos recibiendo; ella así con sus piernas sobre mis
hombros dejaba ver su hermoso culo lo que me producía más calentura,
llegando enseguida a acabar por segunda vez, llenado el forro con mi
semen.- Enseguida me lo sacó y con su lengua me limpió la pija hasta
dejarla perfectamente lista para un nuevo asalto.- Pero ya habían sido
dos polvos maravillosos y mi edad empezó a pesar por lo que consideré
que seguir ese día no sería beneficioso especialmente para mi; ella así
lo entendió, entonces nos fuimos a bañar juntos dándonos muchos besos y
metiendo manos por todos lados y prometiéndonos una nueva cogida esta
vez entrando por ese culo hermoso; ella me dijo que no había problema,
que cuando yo estuviera dispuesto que la llamara y así “por casualidad”
nos encontraríamos nuevamente en el negocio de mi hija.- Yo le dije que
eso demoraría un poquito porque mi idea era cogerme a Susana y a ese fin
iba a dirigir todos mis esfuerzos.-
Averigüé con mi hija y por ella supe que Susana
dejaba de trabajar a las cinco de la tarde y después de unos días, cerca
de esa hora me acerqué al negocio de mi hija pero sin entrar, cuando la
vi salir a Susana, me acerqué a ella, le dí un beso en la mejilla y le
dije que ya que nos habíamos encontrado, la invitaba a tomar algo en una
linda confitería que hay cerca del negocio; ella sonriendo aceptó mi
invitación porque me dijo que ese día no tenía nada que hacer, la tomé
de la mano y fuimos caminando hasta el lugar indicado; ella aceptó que
yo la llevara tomada de la mano, lo que consideré un adelanto en mis
relaciones con ella; seguimos caminando y le pasé mi brazo sobre los
hombros llevándola de ese modo abrazada; al no haber rechazo de parte de
ella, la apreté un poco más y así abrazados llegamos a nuestro primer
destino; este era una confitería muy paqueta y muy intimista, con muy
poca luz y con algunas parejas, todas bien agarraditas lo que invitaba a
imitarlas; me senté muy cerca de Susana agarrándole las manos y
acariciándoselas; poco a poco fvui tomando confianza acercándome más
mientras íbamos charlando de nosotros; yo le dije que me gustaría ir a
algún lugar donde estuviéramos solos y pudiéramos disfrutar los dos;
ella me contestó que posiblemente sintiera lo mismo que yo, pero que su
forma de ser no se lo permitía, porque seguía pensando en su difunto
marido y le parecía mal estar con otro hombre; le dije que debía de
alejar esos pensamientos que lo único que conseguían era perturbar su
mente; me acerqué más y le empecé a dar besos en el cuello; ella se
estremeció completamente y entonces pensé que yo estaba empezando a
ganar mi primer objetivo que era temerla a mi merced; seguí con mis
besos en su cuello y detrás de sus orejas, hasta que le dije:
• Susana, quiero que seas mía, te invito que vayamos a un hotel y pasemos los dos un rato muy agradable
• Alberto, no se si debo, yo tambien tengo ganas pero los recuerdos me hacen dudar
• No tengas ningún recuerdo que lo vamos a pasar muy bien los dos solos, te lo puedo asegurar
• Pero usted es casado
• Olvidate tambien de eso, que ese pasa a ser mi problema
• Si a usted le parece así, vamos a donde usted disponga
• Me alegro mucho Susi, vamos y vas a ver como vamos a gozar
Dicho lo cual, pagué la cuenta de las bebidas que
habíamos tomado, salimos y tomamos un taxi rumbo a un hotel; Susana
temblaba de nervios por la proximidad de nuestros actos; mientras íbamos
a pesar de no ser un trayecto demasiado largo, aproveché y le empecé a
acariciar las piernas y ella lo aceptaba sonriendo de nervios; enseguida
llegamos y pedí la mejor habitación disponible como consideré que ella
se merecía; cuando llegamos a la pieza, lo primero que hice fue
abrazarla y empezar a darle besos de lengua que enseguida fueron
correspondidos por ella a pesar de yo notar como todo su cuerpo temblaba
de los nervios; con palabras dulces se fue calmando; entonces me
dispuse a ayudarla a desnudarse; le saqué la blusa y quedó a la vista un
hermoso corpiño con algunas transparencias que dejaban traslucir sus
oscuros pezones; en seguida trató de taparse con los brazos, pero yo
rápido de reflejos con un simple movimiento logré desabrocharle el
corpiño y ella para evitar que se cayera el mismo, movió sus brazos,
quedando ante mi vista un hermoso par de tetas, calculo que talla 100;
muy lentamente me dispuse a chupar tan rico tetamen y las tome con mi
boca y las empecé a chupar como un becerrito mientras ella me acariciaba
la cabeza; no conforme con estar chupando tan ricas tetas, con mis
manos iba tratando de sacarle el cinturón para poder bajarle los
pantalones; ella la verdad que trataba de ayudarme hasta que por fin
logré sacarle los pantalones; ella quedó solamente con una bombacha
negra que hacía juego con el corpiño, pero en realidad era una bombacha
que tapaba mucho, todo lo contrario a la que le había sacado a Marí;
además se notaba que no estaba para nada afeitada porque se notaba un
gran bulto producto de su monte de venus; con un poco de esfuerzo y
charla al fin logre tenerla completamente desnuda; era mi sueño hecho
realidad; me iba a coger a la tan deseada Susana; la hice acostar y ella
aun ponía escrúpulos para seguir adelante, pero le dije que ya habiendo
llegado hasta ahí, era inútil resistirse ya que no estaba dispuesto a
dar un paso atrás; me desnudé yo tambien completamente y lo primero que
hice fue poner mi pija ya bien parada y dura entre sus tetas, haciéndome
una cubana; ella al principio no entendía bien como venía el asunto,
pero cuando se dio cuenta empezó a colaborar y jugaba con sus tetas
sobando bien mi pija; después de eso me dispuse a hacer un 69; ella
tampoco estaba acostumbrada a eso porque en verdad parecía que no sabía
como hacerlo, yo pensé que el marido era un bobo que se dedicaba a
ponérsela por la concha y nada más, entonces le expliqué que nos
pondríamos en la posición adecuada y mientras ella me chupaba la pija yo
le iba a chupar su concha y su culo y los dos íbamos a gozar como dos
enamorados; al principio me dijo que le iba a dar asco, pero yo la
convencí que podía ser que al principio no le gustara, pero enseguida
iba a probar de tener mi pija en su boca y le iba a gustar; ella
entonces me dijo que creía en lo que yo le decía y se acomodó como yo le
indiqué bien abierta de piernas; le empecé a chupar su concha bien
peluda y le acomodé mi pija para que quedara delante de su boca y de a
poco fui tratando de lograr que la chupara; después de un rato se
decidió a abrir su boca y enseguida le metí la cabeza de mi pija; al
principio le costaba agarrar el ritmo y además con sus dientes llegaba a
lastimarme un poco, pero al poco rato le tomó la mano y el 69 que
hicimos nos llenó de gozo a los dos, ya que Susana al sentir como yo le
chupaba la concha mientras le metía un dedo en el culo, empezó a gemir
desordenadamente, demostrando con eso que se estaba calentando
sobremanera; insistí con mi lengua hasta que ella tuvo su primer orgasmo
en medio de un grito de felicidad, diciendo que si hubiera sabido que
se podía cosas tan ricas, hacía rato que se hubiera olvidado de su
marido; yo le dije que todavía faltaban muchas cosas más ricas y que
después de ese día ella iba a ser mi hembra y me iba a pedir muchas
veces que la cogiera; ella se echo a reír y me dijo que ojalá tenga
razón.-
Cuando se recuperó de su orgasmo le dije que
ahora venía lo mejor, que la iba a coger con ganas y por supuesto sin
forro porque por su edad ya no había problemas de embarazo como así
tampoco de ninguna transmisión sexual debido al tiempo que hacía que
esta mujer no era bien cogida.- Me acosté al lado de ella y le pregunté
si tenía alguna pose preferida: me dijo que la única que conocía era
ella abierta de piernas y el marido arriba de ella hasta acabar, o sea
el clásico misionero; yo le dije que íbamos a probar otro estilo, ella
me dijo que estaba dispuesta; entonces agarré sus piernas y las puse
sobre mis hombros; de esa manera ella quedaba completamente entregada
con su concha justo a la altura de mi pija que ya buscaba donde
ubicarse; una vez acomodada así, le enterré mi pija hasta el fondo con
lo cual ella se estremeció al sentirse ensartada; pero enseguida se
empezó a mover sus caderas produciéndome un gusto sin igual; me dijo que
de ese modo le encantaba porque se sentía llena de pija como nunca
antes lo había sentido; me moví un ratito dentro de ella hasta que logré
mi primer polvo de esa tarde, dejando llena su concha con mi leche;
ella no me dejó recuperar y me pedía por favor que la siguiera cogiendo
porque después de tanto tiempo se sentía completa y quería acabar
nuevamente; entonces no se por que pero mi pija se recupero
inmediatamente y de esa forma pude seguir cogiéndola hasta que ella pegó
un nuevo grito y nuevamente acabó como una hembra en celo.- Despues de
su segunda acabada, me dijo:
• Muchas gracias Alberto, hacía mucho tiempo que no gozaba tanto
• Gracias a vos por permitirme cogerte, hacía mucho rato que quería cogerte y ahora me estoy sacando el gusto
• Pero yo nunca había tenido el gusto de acabar dos veces en un día, y hoy lo he logrado y además dos veces casi seguidas
• Esto no terminó hermosa, ahora seguimos porque quiero darte por el culo
• Eso es lo que más hacía mi marido, así que no hay ningún problema
• Como se que esto lo repetiremos muchas veces,
me gustaría que te recortaras los pelos de la concha, porque tengo mi
boca llena de tus pelitos
• Por supuesto que lo repetiremos y te prometo
que la próxima vez voy a parecerte una nenita, porque me voy a sacar
todos los pelos que te molestan
• Así me gusta oírte hablar, ahora vamos a continuar con lo nuestro
• Vamos tesoro
Entonces se acomodó en la cama en cuatro (se
notaba que en esto tenía experiencia) y a pesar de tener el ojete bien
cerrado por tanto tiempo sin usarlo, lo primero que hice fue darle unos
besos, su aroma era exquisito; antes de seguir traté de meter mi saliva
en su agujero para ayudarme a meter la pija; ella colaboraba con sus
movimientos y cuando mi pija estuvo bien preparada y ante la vista de
tan lindo culo en el que no se notaba para nada la edad de su dueño,
enfilé mi pija hacia su ojete y en el primer intento entró casi toda mi
cabecita; Susana se estremeció y las lágrimas llenaron sus ojos
productos del dolor causado por mi embestida; le pregunté si quería que
parara pero me dijo que siguiera adelante que ella no tendría problema;
entonces de a poco la fue entrando hasta que la tuvo toda adentro; me
quedé un momento quieto adentro para que se acostumbrara a mi grosor;
mientras esperaba que ella se adaptara miré tan lindo culo y me vinieron
muchas ganas de darle unas nalgadas; le dí una suave y ella no dijo
nada; entonces me entusiasmé y le seguí dando nalgadas hasta dejarle el
culo rojo de las mismas, ocasión en que me dispuse al mete y saca
respectivo; ella colaboraba intensamente con sus movimientos recordando
los momentos vividos con su marido; me gustó mucho tenerla ensartada
pero lamentablemente no pude aguantar mucho y toda la leche que tenía
guardada en mis bolas fue a parar dentro de su culo; así ensartados
caímos sobre la cama donde estuvimos un rato yo dándole besos en el
cuello y ella retorciéndose del gusto, hasta que mi pija perdió fuerza,
se puso flácida y solita salió de ese culo tan lindo que había tenido la
suerte de tener para mí.-
Ya más tranquilos los dos, nos fuimos a bañar sin
dejar de tocarnos, besarnos y acariciarnos; cuando estuvimos ya
vestidos para irnos, sorpresivamente me preguntó si había pasado algo
con Mari la otra vez que habíamos salido juntos; le dije que habíamos
cogido muy lindo, pero por culpa mío no había podido entrarle por el
culo, pero que muy próximamente lo haría; me dijo que esa mujer no le
gustaba que prefería que yo la cogiera solamente a ella, por supuesto
además de a mi señora.- Le dije que eso quedaba a mi criterio; que yo
era ya bastante grandecito como para que me estén eligiendo las
compañías; no se si le habrá gustado mi respuesta pero aunque no le
haya gustado, la verdad es que seguimos saliendo varias veces hasta que
consideramos que el ciclo había terminado y dimos por terminadas
nuestras cogidas.-
A la que volví a llamar otra vez fue a Mari para
que nos encontráramos “de casualidad” en el negocio; por supuesto en
cuanto la llame no tuvo problema y la tarde indicada nos encontramos en
el lugar indicado; delante de mi hija nos dimos un beso en la mejilla
como dos buenos conocidos; pero cuando decidió irse me preguntó si me
podía alcanzar a algún lado; yo por supuesto le dije que sí y así fue
que iniciamos nuestro camino al mismo hotel de la otra vez; durante el
camino yo me puse a tocarle las piernas poniendo mi mano debajo de su
minifalda; ella aguantó un rato hasta que me dijo que dejara mis manos
quietas porque de ese modo no podía manejar; le hice caso y dejé de
tocarle las piernas, pero ahora por arriba de su blusa le iba
acariciando las tetas y así seguí hasta que llevamos a destino; ella me
dijo que yo era un calentón y un irresponsable porque de esa manera ella
no podía manejar tranquila y podía haber causado un accidente; la calmé
dándole muchos besos en el cuello y detrás de las orejas; entonces
bajamos del coche y fuimos a la pieza asignada; lo primero que hice fue
tratar de desnudarla; para mi sorpresa me encontré con un conjunto de
corpiño y tanguita color rojo fosforescente lo que llamó mucho mi
atención; me dijo que se lo había puesto especialmente para mí, que
hacía dos días lo había visto en una vidriera y pensó que me iba a
gustar y ahí nomás lo compró; yo le dije que estaba hermosa, pero que
más me gustaba sin ese conjunto o sea toda desnuda; ella no se hizo
rogar y en unos segundos estaba completamente desnuda, solamente subida
sobre unos zapatos tambien rojos con un taco de 12 centímetros; entonces
le dije:
• Estás divina, putita, hoy te voy a coger mejor que la otra vez, porque te voy a romper el culito hasta dejarlo con mi marca
• Tesoro, hace rato que estaba esperando este
momento, porque el estúpido de mi marido no lo usa, y a mis amigos no se
lo permito, guardándolo para alguien en especial que en este caso
resultaste vos
• Me alegro mucho, vamos a ver como te portás con este viejito que te lleva mas de 25 añitos
• La edad no importa; lo que importa es las ganas que tengas de cogerme y de romperme el culo
• De eso me sobra
• Entonces manos a la obra
Se acostó boca abajo y se puso una almohada bajo
la pancita para que su culo sobresaliera, me le tiré encima y la verdad
que la primera metida me costó trabajo porque su ojete estaba muy
cerradito; solamente entró la punta de la cabecita y se escuchó un ¡ay¡
de dolor; entonces me quedé quieto y le dije que íbamos a cambiar de
posición para que ella pudiera graduar la presión de la entrada; me
acosté yo boca arriba con mi pija bien parada y le dije a ella que se
fuera sentando despacio midiendo sus posibilidades; el primer intento
fue nulo porque seguía costando mucho entrar; entonces me di cuenta que
en la mesita de luz había un gel: la hice levantar un poquito y con el
gel empecé a llenarle el culito metiendo un dedo para lubricarlo por
dentro; cuando hube finalizado con este hermoso trabajito le dije que
nuevamente probara; se fue sentando despacito y mi pija iba entrando en
su culo sin prisa pero sin pausa; se notaba que a ella todavía le
producía dolor, pero valientemente se fue sentado hasta que quedó
completamente pegada a mi, lo que indicaba que mi pija estaba lo más
adentro posible de su culo; se quedó unos segundos quietita buscando
acomodo, cuando lo sintió bien adentro empezó a subir y bajar
produciendo un movimiento que me hacía enloquecer y que logró que muy
rápido le llenara su hermoso culo con mi leche; ella siguió subiendo y
bajando y con ese movimiento iba saliendo de a poco toda la leche que yo
había depositado adentro suyo; me salí de tan dulce lugar y nos
fundimos en muchísimos besos; me dijo que le había gustado mi trato y
que en cuanto yo recobrara mis fuerzas lo haríamos otra vez por su culo
porque quería que yo quedara satisfecho y que esperaba que después yo le
chupara la concha hasta hacerla acabar; por supuesto acepté su
propuesta y esta vez me dijo que ella iría abajo y que yo dispusiera de
ella a mi gusto; agarré sus piernas y las puse sobre mis hombros
quedando su ojete justo a la altura de mi pija; su ojete lucía rojo de
inflamación por el esfuerzo anterior; le pregunté a Mari y me dijo que
no había problemas que siguiera adelante; entonces acomodé mi pija en su
ojetito y despacio se la fui metiendo suavemente hasta llegar al final,
donde me quede un momento quieto y enseguida empecé con el mete saca
que esta vez se hizo más largo en razón de haber acabado hacía poco
tiempo; pero igual termine con mucha felicidad otra vez dentro de su
culo, llenado nuevamente sus intestinos.-
Luego de eso nos dimos un buen baño y ella me
hizo notar que yo estaba en deuda con ella; le dije que no había ningún
problema, la hice acostar, abrir bien de piernas y entonces empecé a
chupar esa concha completamente depilada, parecía la conchita de una
nena con un aroma exquisito; a ella le gustaba cada vez más y se movía
en la cama como una anguila, hasta que pegando un grito, esta vez tuvo
el orgasmo que tanto había deseado; seguimos acostados un rato
franeleándonos hasta que consideramos por ese día todas nuestras
municiones estaban agotadas, fuimos nuevamente a bañarnos con nuestras
manos que se metían por todos lados hasta que terminamos, nos secamos,
nos vestimos y nos dispusimos a ir.-
Estas visitas al hotel se prorrogaron por
bastante tiempo hasta que mi hija empezó a sospechar y entonces de común
acuerdo decidimos dar por terminada nuestra tan linda relación de
amantes.-
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